lunes, 16 de febrero de 2009

Arrasa el sí; Chávez podrá postularse a la relección de manera indefinida

Aclara que no quiere perpetuarse en el poder; anuncia precandidatura a la presidencia en 2012

Con 94.2 por ciento del escrutinio, votan en favor de la enmienda 54.36% y en contra 45.63%

De Fidel Castro, el primer mensaje por una victoria que por su magnitud es imposible medirla

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Simpatizantes del presidente Hugo Chávez eufóricos por el triunfo del a la enmienda constitucional para la relección continua en Venezuela, en una consulta popular que registró un índice de abstención de casi 33 por cientoFoto Ap

Caracas, 15 de febrero. El presidente Hugo Chávez arrasó hoy en el referéndum que le permitirá postularse para gobernar por tiempo indefinido a partir de las elecciones generales a celebrarse en 2012, pero negó que su intención sea perpetuarse en el poder. Ante varios miles de personas concentradas en el Palacio de Miraflores, aclaró que sólo Dios y la Patria son perpetuos. Diferente piensan sus simpatizantes para quienes Chávez debe gobernar “hasta el dosmilsiempre”.

Al filo de las nueve y media hora local el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio a conocer unos resultados que acabaron con las esperanzas de una oposición a la que le espera una larguísima travesía por el desierto.

Con 94.2 por ciento del escrutinio, la opción del a Chávez se impuso con 54.36 por ciento contra 45.63 por ciento del no. Poco más de un millón de votos de diferencia. La abstención fue cifrada en 32.95 por ciento.

Los resultados sorprendieron a los analistas locales que habían pronosticado una brecha no superior al medio millón de votos. Para el chavismo era vital obtener la mayor ventaja posible sobre la oposición porque eso le permite ostentar una legitimidad lo suficientemente amplia para impulsar su proyecto llamado socialismo del siglo XXI.

Para la oposición queda de todos modos el consuelo de haber obtenido una cifra de votos nada despreciable, habida cuenta de que se topó con la poderosa maquinaria de un Estado que se volcó en el proceso electoral para evitar una derrota como la sufrida en el primer referéndum realizado en 2007.

De algún modo, sostienen algunos analistas locales, la polarización social no se verá reducida por el resultado de la jornada comicial. Quedan tres años por delante y un monumental trabajo que, entre otras cosas, propicie una unidad política que, hasta ahora, no se vislumbra en las filas de la oposición. El dato es que pese a ello el caudal de votos logrados por el no indica que, en la calle, más de cinco millones de venezolanos no quieren ver a Chávez ni en fotografía. La población apta para votar ronda los 17 millones de personas.

La pregunta que sigue flotando en el ambiente es si en las fuerzas armadas se mueven las aguas o no. La experiencia golpista contra Chávez, en abril de 2002, no duró más de 36 horas, las suficientes para que miles de personas bajaran como avalancha de los cerros donde viven en la pobreza y obligaran a repensar su decisión al estamento militar, que finalmente dio marcha atrás y reinstaló en el Palacio de Miraflores al hombre que hoy abrió las puertas de par en par para gobernar el tiempo que los venezolanos quieran.

Por si acaso, y para despejar dudas, Chávez anunció en su arenga política de esta noche que desde ahora pueden considerarlo como su precandidato a la presidencia para seguir gobernando hasta 2019. El aviso para navegantes es concluyente: gobernará mientras pueda. Los periodos presidenciales en Venezuela son de seis años: aquí ha llegado un gobierno de largo plazo para trabajar con y para el pueblo, dijo este domingo nocturno un exultante Chávez.

–¡Uh! ¡ah! ¡uh! ¡ah! Chávez no se va, gritaban sus simpatizantes mientras Chávez retomaba su veta mística y aseguraba que Dios concede la victoria a la constancia, a la constancia y a la dignidad de un pueblo. Jaleado por la muchedumbre que ondeaba banderas de Cuba y Venezuela, el gobernante recordó a los amigos y, sobre todo, a los enemigos, que el es para que Venezuela construya el socialismo.

Emocionado y rodeado de sus dos hijas y nietos en el llamado balcón del pueblo, Chávez leyó el primer mensaje que recibió una vez conocida su victoria. Era de Fidel Castro: Querido Hugo, felicidades para ti y para tu pueblo por una victoria que por su magnitud es imposible medirla.

Después de casi hora y media de arenga en la que mezcló a Miguel de Unamuno con Bolívar, y hasta se permitió cantar una estrofa de Candilejas, estrofa que reinventó con el permiso del autor.

En medio del delirio colectivo, Chávez se despidió de sus simpatizantes pidiendo a Dios sus bendiciones para este bravo pueblo. Pese a sus reiteradas invocaciones a Dios –se define como un ferviente creyente–, los jerarcas de la Iglesia católica lo alucinan. Es la misma jerarquía que apoyó sin ambages el fallido golpe de Estado que, alentado por Washington y otros gobiernos europeos, fue encabezado por las cúpulas empresariales y sindicales y una pequeña parte de las fuerzas armadas.

Esos personajes –salvo los jerarcas católicos– viven hoy en Estados Unidos mientras el hombre que quisieron tumbar amenaza con perpetuarse en el poder con la fuerza de los votos.

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