sábado, 4 de octubre de 2008

Tenía que llamarse Andrés
tal parece que ese nombre
es azote del pseudo/hombre
y lo hace errar otra vez.

De libertad de expresión
hablaba en ese momento,
sus frases arrastró el viento
selladas con detención.

Este enano no es de fiar,
y hoy en tan sólo un instante
su doble moral constante
acaba de confirmar.

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