Los Gritos.
Lo mejor para la gente
¿qué será? Pues circo y pan,
y también luz y sonido
eso montó el “pestilente”
para todos los que van
aunque el País ya esté hundido.
Un grito desgañitado
que quiso ser muy sentido
y resultó hipocritón.
Con semblante acartonado,
con el seño bien fruncido
y simulada emoción.
En contraste al otro lado
sin derroche de efectivo
ni asomo de ostentación,
un Presidente emotivo
ante su Pueblo empapado.
¡No existe comparación!
Dos México diferentes:
Uno ciego y engañado,
conformista y agachón.
El otro alerta, consciente,
pensante, siempre informado
y en consecuencia, luchón.
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