El diputado Gerardo Fernández Noroña (PT) gritó desde su curul al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna: “¡Asesino!”.
A esto, el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, pidió calma de los legisladores y dio turno en la palabra a Pedro Jiménez (Convergencia) para que diera el primer posicionamiento de las bancadas en la comparecencia de García Luna.
Al llamado a la calma de Francisco Ramírez Acuña, contestó Fernández Noroña con la defensa de que no puede ser reconvenido por nadie.
“García Luna es un asesino y lo sostengo”, insistió.
El diputado Roberto Gil (PAN), señaló la acusación no fue dicha desde la tribuna, circunstancia en la que, en efecto, ningún legislador puede, dijo, ser reconvenido. Y agregó que lo dicho no lleva pruebas.
El aludido Genaro García Luna, que tiene a su cargo la fuerza policiaca federal, considerado como uno de los civiles con más poder en el Gabinete, después del Presidente, guardó silencio, atrapado en el protocolo de su comparecencia.
Francisco Ramírez Acuña le dijo a Fernández Noroña que su acusación la lleve a los ministerios públicos.
El diputado Jaime Cárdenas Gracia (PT), doctor en Derecho y con la ley en la mano, corrigió la plana al presidente de la Cámara de Diputados: A un diputado ni usted puede decirle a dónde acudir.
Fernández Noroña, despejó una incógnita “¿ir o no ir al Ministerio público a acusar a García Luna de asesino?, No voy a ir, porque en la PGR García Luna puso a un incondicional suyo Arturo Chávez Chávez”.
Luego, la comparecencia salió del bache y prosiguió con los posicionamientos de los partidos, pero la calma quedó como envoltura de una discusión de pronóstico reservado.
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