viernes, 11 de julio de 2008

Calderón no entregará más cabezas.


Ricardo Alemán
Itinerario Político
11 de julio de 2008
Calderón no entregará más cabezas


Gómez, el que no leyó la ley Televisa, desconfía del Cisen
Valdés, “perro del mal”, según “las viudas del fraude”

Si en su momento Felipe Calderón no entregó la cabeza de Mouriño —a pesar de los datos duros que lo responsabilizaban de una falta ética— menos entregará la de Guillermo Valdés, director del Cisen. ¿Por qué no cederá?

Primero, por razones políticas y de poder básicas. Es decir, porque ningún gobernante, sea amarillo, azul o tricolor, y menos un jefe de Gobierno o de Estado puede ser rehén de los humores, malquerencias, odios y revanchas de sus opositores. Y segundo, por el carácter estratégico del Cisen —y que por esa misma razón pretende ser derruida— que no es otra cosa que el instrumento articulador de la seguridad nacional.

Pero además —y acaso ese es el asunto de fondo— porque sin prueba alguna de las supuestas irregularidades cometidas por el Cisen, los partidos opositores pretenden regresar a los tiempos de la inexistente división de poderes. Hasta antes del año 2000, lo común era el sometimiento del Poder Legislativo al Ejecutivo. Hoy, sin más argumentos que humores, venganzas y odios, en medio de una grosera pelea en donde las partes dejan ver que sólo importan las ambiciones personalísimas, el Legislativo intenta imponerse al Ejecutivo.

Todos saben que por mayoría de votos de la emergente alianza PRI-PRD, la Comisión Permanente —representación del Legislativo— exigió al Ejecutivo despedir a Guillermo Valdés, director del Cisen. ¿Y por qué esa decisión?

Porque según algunos, como el confiable Pablo Gómez —y habla de lo confiable de Gómez, la Ley Televisa, aprobada sin siquiera ser leída—, “el Congreso le perdió la confianza” a Guillermo Valdés. Y según otros, para que el Ejecutivo “aprenda a no meterse” con diputados y senadores. Es decir, que ahora resulta que las fobias y los humores, los odios y rencores hacia tal o cual político, servidor o funcionario, son razones suficientes para reclamar cabezas.

Y si parece claro que el presidente Calderón no cederá a la locuaz presión opositora —además confirmación de la tozudez de Calderón—, la duda aparece en el otro extremo. ¿Por qué los señores Beltrones, Gómez, Monreal, y hasta Espino, insisten en transitar por la ruta de la presión al jefe del Ejecutivo, para tirar a su director del Cisen?


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