Otra vez la memoria: el niño de nueve años, alumno de quinto en la escuela primaria República del Perú, San Jerónimo 112 bis, dejó sus cuatro domingos ahorrados en la caja para pagar la deuda petrolera, formó junto a sus compañeros en el patio, todos con la blusa blanca de los días de fiesta, y aunque no era lunes se cantó el Himno Nacional. Orgullosos, seguros, unánimes. Setenta años después, el viejo sigue pensando y sintiendo igual, convencido de que fueron los 20 centavos mejor invertidos de su vida. Aquel día de 1938 un águila voló sobre México. Hoy lo que queda del niño solo ve zopilotes.
Jacobo Zabludovsky, Bucareli, El Universal, Marzo 24 / 2008
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