El despertar
■ Fallo fallido
El máximo tribunal electoral revocó el fallo del PRD que anuló las conflictivas elecciones para la dirigencia del partido y concedió el triunfo a Jesús Ortega. Los magistrados defienden la sentencia y niegan que sea pago de la reforma energética. Pero el fallo tiene graves debilidades. En el aspecto jurídico, no toma en cuenta la necesidad de anular debido a las gravísimas irregularidades. En el plano político, es evidente su sesgo y sus efectos negativos.
Resulta sospechosa la forma en que se difirió la resolución. Hubo un intento de aparentar imparcialidad dándole previamente un “coscorrón” al Consejo Coordinador Empresarial. No hay duda: el verdadero objetivo es dañar a AMLO quitándole el triunfo a Encinas y a la corriente obradorista. La obsesión del PAN y del PRI es poder destruir al tabasqueño y su movimiento, pero AMLO se ha puesto al margen declarando secamente que “la mafia de la política controla al tribunal electoral”. El incidente no va a detener la construcción de la tupida red de simpatizantes y grupos. El PT y Convergencia se han coaligado para 2009, se declararon obradoristas y se alejan del PRD.
¿Dañará al PRD? El nuevo dirigente formal carecerá de credibilidad y no podrá maniobrar ni llegar a acuerdos con el gobierno, el PAN y el PRI sin despertar sospechas. Una guerra civil se desatará en los órganos del partido que reducirá sus expectativas en las difíciles elecciones de 2009. Nueva Izquierda sufrirá daños. La van a acusar de querer convertir al PRD en progubernamental. Izquierda Unida se verá ante una disyuntiva crítica: dejar el partido a sus adversarios o posicionarse en él para seguir la lucha por otros medios.
El fallo tendrá efectos colaterales: al debilitarse el ala izquierda, el proceso político se desequilibrará. Será muy difícil celebrar acuerdos creíbles para garantizar la gobernabilidad. Y esto, cuando el país entra en la peor crisis económica y social de su historia. Los peores daños son para las instituciones electorales. El Trife deja de tener credibilidad como árbitro. Está en riesgo de ser disuelto y reorganizado en la siguiente ronda de negociaciones.
También sufriremos daños quienes estuvimos en favor de un acuerdo al interior del PRD. Ya se están generando rupturas, reagrupamientos, endurecimiento. Como los daños serán terribles para cualquiera de las partes, se deberá buscar un modus vivendi hasta después de las elecciones de 2009. El Partido está en grave riesgo de perder su viabilidad histórica.
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