Pacto nacional

Manuel Camacho Solís
20 de octubre de 2008

Los pactos han funcionado en múltiples experiencias internacionales: desde los primeros pactos obrero-empresariales de Suecia y Noruega, el New Deal de Roosevelt, los acuerdos para establecer límites a la polarización y proteger las libertades en Holanda en base al consenso; hasta los ejemplos de la Moncloa española y la concertación chilena. México necesita de un pacto nacional para enfrentar mejor la crisis económica, reducir sus impactos sociales adversos, evitar la criminalización de la lucha social y blindar la democracia.

La situación económica puede volverse aún más difícil. Están a la vista: Desempleo. Volatilidad y aumento de riesgo país. Cierre de la válvula de la emigración y regreso de paisanos. Falta de liquidez en algunas empresas y dificultades para fondear sus compromisos. Riesgo de quiebras con sus efectos en cadena. Menor precio del petróleo. Recesión en Estados Unidos que puede durar años. Aun en el escenario más favorable, la tarea es enorme.

"...hay una escasa capacidad política para responder a la presión social; con demasiada facilidad se justifica el uso de la fuerza (de todo el poder del Estado), sin ningún conocimiento de la naturaleza de los conflictos, sus interconexiones y la multiplicidad de frentes."

Hay una salida digna y eficaz para todos: un pacto nacional. La política económica debe reforzarse para preservar el empleo, fortalecer la injerencia en el sistema financiero y proteger a las clases medias y populares. Las elecciones de 2009 deben blindarse contra el clientelismo y el dinero sucio. Y hacia el horizonte de 2010, debe abrirse una gran ventana de oxigenación: debatir en serio el rumbo de la economía y la nueva constitucionalidad del régimen político.

Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista

Leer mas