MIERCOLES 9 DE AGOSTO 2006.
EL CAMPAMENTO DE CHIAPAS
Frente al gran hotel, en el extremo poniente de la plaza, entre el campamento de Nezahualcoyotl y el campamento de Baja California Sur, Allí el representante era don Julián, hombre de 66 años, que Había estado desde el primer día y aguantaba la situación, así, poco a poco se fue encargando de la administración del campamento, y vaya si era necesario, aunque había víveres suficientes, estos tenían que ser repartidos y dados de baja, si recibían una caja de huevo, tenía que durar varios días, se le daba a cada campamento la cantidad que prepararían las señoras; las adelitas de la revolución mexicana que siguen al revolucionario, están presentes, denominadas simplemente señoras, mujeres cocineras que realizaban en cada campamento las labores, después de todo; alguien tenía que entregar la cantidad de insumos que se consumiera cada día y calcular cuanto que necesitaban, para saber cuando pedir más, ya que los almacenes tenían que ser administrados con pulcritud, nada de robos o faltantes, todo tenía que ser para la gente del plantón, desde el centro hasta la torre de PEMEX, había que repartir, para esto varios expertos contadores ofrecían sus servicios gratis y administraban los recursos ¿Quién los había traído? ¿Eran trabajadores del D. F? no se podía saber, pero eran eficientes, y repartían las despensas con profesionalismo. Todo lo tenían que contabilizar, y firmar dando fe del ingreso y consumo de las mercancías, también recibir las peticiones y dar lo que piden, y las cantidades. Si que se necesitaba algunos contadores y administradores profesionales.
Pero las cosas en la realidad no tan exactas como lo dice la teoría; en la mayoría de los campamentos el encargado era un empírico, que se ofreció a administrar los bienes y esa labor la ejercían para calcular lo que se consumiría, teniendo en cuenta que recibían directamente recursos de la gente; sin pasar por los almacenes pero distribuirlo… eso si era otra cosa, había que dar de comer tres veces al día, tener gas portátil, anafres con carbón, las adelitas pedían temprano lo que se necesitaba, a las 6 de la mañana (y a veces a las 5 hrs.) ya debía estar el chile con huevo o con carne y tomate verde, tortillitas bien calientitas, atole, chocolate, leche, pan, tamales listo para ser consumido. Bueno pues don Julián administraba el lugar y tenía una novia; una señora viuda de 32 años, que después de conocerla, luego… luego se apalabraron y vivieron juntos los últimos días del Plantón. Al ritmo de la marimba, bailaban todos los días, hombres, mujeres y niños, iniciaban después de comer, hasta la cena, tocaban alguna de las marimbas que tenían; también vendían artesanías, alimentos de Chiapas, ropa Chamula, cinturones de piel, botas, sarapes, ollas; el ultimo día del plantón, se caso don Julián con la señora, y después de la fiesta religiosa, el viejo, bailo y bailo con si tuviera 15 años, su mujer tenia una corona de flores blancas de manzano y risa en los labios, la gente les aplaudía, los acompañaba bailando y les compraba la ultima mercancía, rematando todo, sería la ultima ocasión que estarían allí, de esa forma, en esas condiciones, en el centro de la capital del país.
EL CAMPAMENTO DE BAJA CALIFORNIA.
Colocado a un lado del pasillo por donde entraban la gente que venia de Madero en una esquina vivía Gloria, la chica de Ensenada, que decía que estaba estudiando medicina. Dormía en un colchón colocado sobre unas cajas de madera, al lado de varias camas iguales. En nada se parecían a las horribles descripciones de camas bien alienadas todas colocadas en dos filas dentro de en una enorme galería, narrado por Dickens sobre los orfanatoríos de
EL CAMPAMENTO DE VERACRUZ.
Los veracruzanos estaban dividíos por ciudades; de Tuxpan, Papantla, Veracruz, Coatzacoalcos, ocupaban una gran parte del lado norte y poniente, en aquella esquina tres campamentos están a su disposición y ni así cabían, por eso algunos se fueron a pasarla sobre Reforma donde había más espacio, allí pusiera un segundo campamento para los que fueran llegando, cosa que fue imitado por los demás campamentos, por lo que en Reforma, de la torre Latinoamericana hacia el poniente, se fueron estableciendo nuevos campamentos, mucha gente llegaba allí, estaría unos 8 días y regresaba, con dos campamentos cubrían sus necesidades. De todos modos el campamento del centro era un amontonamiento de gente, mujeres en un lugar, hombres en otro y para comer, cocinas y música con bailables. Vendían mercancías y sobre todo hamacas que colgaban en postes como si estuvieran en la playa, ellos enseñaron a los demás campamentos como dormir en hamacas.
EL CAMPAMENTO DE MORELIA.
El lugar donde estaban era chiquito, frente al de Veracruz y al norte la catedral, se veían discretos, sin embargo llevaron mucha artesanía para vender, canastas bordadas a mano que las ponían frente a catedral, los turistas internacionales que no sabían nada de lo que pasaba, pero viendo lo barato de la mercancía, compraban grandes cantidades de artesanías de la mas bella, a precios increíbles. Así pasaron todo el plantón, fue un éxito económico para ellos, quisieran que cada año se llevara a cabo uno, que felices serían.
EL CAMPAMENTO DE TABASCO.
Los de Tabasco por ser la tierra de AMLO estaban en lado oriente y al centro del lugar donde se realizaban los mítines diarios, frente a los de Oaxaca, en el mero centro, el lugar más peligroso por las constantes amenazas de desalojo, era como si fueran a protegerlo, estaban dispuestos a todo y hacían de guardianes del lugar y de muchos otros campamentos, participan con la gente que hacia guardia por las noches, acostumbrados a cuidarse, les enseñaban los trucos, como si estuvieran en el campo, en la llanura cuidando ganado, así se comunicaban entre ellos y los demás les aprendían y también aportaban sus conocimientos. También la gente de Tabasco era de lo mas alegre, su participación era fenomenal, traían a gente que hacia bailables, que participaban con Jesusa, en el anden principal, todos los días tenían una hora por la mañana y otra por la tarde, recordaban cuando se hizo el campeonato de baile estuvieron en tercer lugar, muy cerca de la señora que gano el primer lugar.
EL CAMPAMENTO DE PROCESO, ZAPATISTAS Y CHAPINGO
En la esquina sur-oriente, rumbo al templo mayor, había una carpa compartida por varios grupos e plantonistas y otros que no lo eran, sin embargo, en ese lugar se concentraban pequeños grupos que hacían uno de los tianguis, si así se podían llamar más diferentes, ya que lo que vendían no se encontraba en otros lugares, películas de colección, discos no muy conocidos de Julieta o Víctor Jara, libros de Marx y Lenin. El primer campamento era el de Proceso que vendían ediciones antiguas de la revista, libros y los sábados ya se encontraba la nueva revista, 24 horas antes de su venta a todo el publico, muy cerca se encontraba el campamento de Chapingo con venta de discos y libros, y enfrente los Zapatistas que si bien no tenia nada que hacer en el plantón ya que El señor Marcos había vetado todo lo que fuera AMLO y pues así compartían ese lugar. En medio de este sitio estaba la carpa de los actores, en donde las personas que participaban se vestían, maquillaban, afinaban sus instrumentos y descansaba antes de subir al estrado, para deleitar al público. Una característica de esta esquina era que por las noches la gente cerraba el changarro y se iban a sus casas ,para al otro día abrirlo cerca de las 11 horas, por supuesto a nadie le importaba esto metidos en asunto más importantes, así continuaron hasta el final.
JUEVES 10 DE AGOSTO DE 2006.
El tiempo pasa.
Por la tarde, fue al campamento que se encontraba a partir del Ángel, ya era un experto, estaciono su auto sobre la banqueta, no había nadie quien lo impidiera, todos los paristas tenían sus autos allí, nadie decía nada. Bajo y camino rumbo a Insurgentes, se entretuvo viendo el arte AMLO como muñecos de porcelana, graciosos y grotescos los objetos de figuras de la derecha, banderitas, fotos, souvenirs y discos, campamentos donde de tocaba música, salsa, mariachis, rock, rap, boleros, pop, representaciones, esculturas, de papel, trapo, sácate, caña, madera, yeso, plástico, mercancía de cada región, estufas, con cacerolas donde el oloroso vapor salía, filas de paristas con platos pacientemente esperando a que les sirvieran, alegres, debajo de la música rebelde, todo allí era revolucionario. Llego a Reforma e Insurgentes y paso entre algunos coches que alegres mentaban la madre y les aventaban la maquina a los inocentes que cruzaban de un lado para otro, nadie se ponía el saco, aun si algún auto se parara y le insultaba directamente:
-Oye tú… “hijo de tu puta madre” ya dejen su pinché plantón, no sean pendejos, ya perdieron, bola de…
Nadie se hacia el aludido, la policía que cuidaba lo invitaba a circular, los de atrás le pitaban que circulara, los transeúntes continuaban esquivando los coches, sobre todo de esos agresivos e intransigentes que aventaban los coches a la gente, ni así le decían nada, solo lo miraban feo y movían la cabeza. Llego cerca del monumento a Colon, había tomado estupendas fotos de los grandes monumentos nacionales; Cuauhtémoc en Insurgentes, podía tomar fotos desde distintos lugares, el atardecer se llenaba de nubes y ya se veía negro en las fotos, aunque le daban más belleza a las construcciones y monumentos el sol poniente, las contra luces del guerrero Azteca con su penacho y una flecha se tomaba a placer, hoy era un monumento rebelde con los letreros amarrados a su alrededor que lo hacían revolucionario y con ellos se fundía, sentían ser el monumento, por eso lo respetaban, no había sufrido ningún daño. Leroy continuo caminando, frente al monumento a Colon estaba un grupo de Rock, música de los 60, los rebeldes del rock; melodía de amor, confidente secundaria, el rock de la cárcel con los Teen Tops y Enrique Guzmán, el pueblo de Cesar costa esos grupos de rock muy afines al gobierno aquí cobraban otro sentido, eran subversivos. La gente bailaba, Leroy la imitaba y también se puso a bailar rock Con Maruca, muy alegres los plantonistas pasaban el tiempo. Unas gotas empezaron a tocar el piso se veía que sería una gran lluvia, Leroy corrió y se metió con Maruca en el modulo de los músicos, que allí tenían una asamblea para constituir el grupo que iría a
-vamos a hacer un resumen de la asamblea anterior, en donde se selecciono a los compañeros del trío de cantina y como los representantes ante
-¿Que vamos a discutir? –pregunto uno del trío de cantina.
-¡las propuestas para
-Bueno vamos a leer un documento de un compañero, sobre sus propuestas.
Atrás, sentados Leroy y Maruca, se protegían de la lluvia en bancos de metal plegables, el agua empezaba a entrar a la carpa, la voz del que leía era una parte más del sonido alrededor de la lluvia, un aguacero así siempre esta acompañado de sonidos; rayos tronando, agua escurriendo, pegando en el techo, saltando, viento que rompía ventanas vidrios al azotar alguna puerta, chiflidos del aire al pasar por rendijas, todo el sonido se unía, incluyendo el rumor del que hablaba indiferente a la lluvia mientras allí se inundaba y los asistentes subían los pies porque el agua ya cubría el piso y hasta las patas de las sillas y los cables abajo podían hacer corto, alguien los levantaba. Hacia el sur, desde ese lugar se veía el monumento a
-Bueno… en este momento va hablar el compañero de la guitarra azul- dijo el presentador.
-Yo no se de que se trata esto, pero estaba en el centro, en donde toque el jueves cinco canciones mías, allí les gusto mucho, son canciones sobre AMLO, yo les confieso que soy músico de cantina, de esos que llegan de mesa en mesa para cantarles una canción a los parroquianos.
-Bueno amigo por favor sea más breve
-Mmm...… claro… bueno yo como no sabia de ustedes pues por eso he venido, porque me he puesto a cantar en varios campamentos, solo para alegrarlos, pero les cuento que supe de ustedes porque Jesusa: me dijo que aquí estaban, pues…
La lluvia estaba siendo acompañada de granizo, en la superficie del agua flotaba una nata de granizo, el agua había cambiado a blanco, todo era sonido que se unía a olores de vegetales rotos, hojas arrastradas, olor a agua, olor a rayos, electricidad que quemaba los árboles y hacia oler a carbón, sobre el gris del cielo.
-Bueno amigos, creo que nos estamos inundando- dijo con voz de ingenuo el presentador ante la risa de los presentes por lo obvio, la lluvia llego a su máximo, flotaba agua vaporizada, el piso lleno de agua, unos centímetros que hacía que levantaran los pies y los pusieran en la banca del frente, subía y subía, algunos autos impertinentes pasaron a gran velocidad y empujo una ola, que llego casi a los asientos de las sillas plegables, el techo de la carpa escurriendo de agua, a los lados, golpeando la lona, y el monótono locutor que leía lo que iba a ser
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