La constitución del SUTERM significaba la fusión de dos organizaciones laborales, pero no implicaba la unificación de sus respectivas directivas debido a las diferentes políticas e ideológicas que sustentaban los lideres de cada una de ellas a saber; el nacionalismo revolucionario cardenista sostenido por Galván y las posiciones conservadoras de los gobiernos posteriores a 1940 que profesaba Francisco Pérez Ríos. Además, las esperanzas de Galván de que prevalecerán en alguna forma sus puntos de vista tenían poco fundamento puesto que su organización era y minoritaria, sin contar con que su contrincante era parte importante de la madeja de interés que se han creado en torno al aparato y que los une a la burguesía.
El SUTERM celebro su consejo nacional entre septiembre y octubre de 1973 y su primer congreso general ordinario a partir del 20 de febrero de 1974; en ambas ocasiones se tomaron resoluciones y se hicieron declaraciones que hacían pensar que todo marchaba sobre ruedas; se estuvo de acuerdo en la necesidad de un contrato único; de la unidad gremial y en impulsar el proceso de integración de la industria eléctrica. Pero paulatinamente fueron apareciendo las diferencias y se fueron recrudeciendo los enfrentamientos verbales. Al desaparecer el STERM y con el foro público de Galván, se creó en octubre el Movimiento Sindical Revolucionario (MSR), con el propósito de servir de órgano coordinador de los esfuerzos insurgentes de la clase obrera y ofrecer ésta una alternativa frente a la burocracia sindical gubernamental; el MSR se proponía contribuir a la elaboración de un programa de acción de la clase obrera y reestructurar democráticamente el movimiento sindical mexicano mediante la creación de comités de democracia sindical, centros de coordinación ligados entre sí por industria o ramas de actividad, como paso previo a la formación de sindicatos nacionales de industria. A través de solidaridad, ahora convertido en órgano de expresión del MSR, se denunciaban las irregularidades que seguían existiendo dentro del movimiento electricista; al mismo tiempo, brindaban apoyo a los sindicatos independientes y a diversos movimientos reivindicatorios. Y en el terreno ideológico el MSR insistía en la necesidad de luchar contra la dominación imperialista, por la exportación de las empresas extranjeras, la nacionalización de la banca y la ampliación de las relaciones comerciales y científicas del campo socialista. Todo este programa ponía en evidencia que no existían puntos comunes con el otro grupo y el nacimiento del MSR hacía que éste perdiera la esperanza de invadir todo el campo de la acción sin problemas. Y en efecto; la efervescencia independentista se extendía, por lo que el propio Fidel Velázquez tomo la iniciativa de atacar a Galván acusándolo de querer apoderarse de la dirección del SUTERM “Par luego entregarlo a grupos contrarios a los intereses del pais” esto es: “ a los grupos izquierdizantes en contra de la voluntad de los trabajadores”, Con fuerte sabor a prepotencia aseguraba el comité nacional que había dado a Galván la oportunidad de actuar como dirigente ya que su representación era una minoría pero jamás respondió al puesto asignado y sólo se dedicó a conquistar la mayoría de las seccione del sindicato”; lo acusaban de irresponsable por hacer declaraciones en contra de una política sana (la de Pérez Ríos) que tendía a fortalecer las fuentes de trabajo. El antiguo SNESC –decían los dirigentes cetemistas- después de unificarse con el STERM, había tomado conciencia de que sus propósitos para continuar con la revolución mexicana habían sido saboteados criminalmente por Galván. CONTINUARA…
El SUTERM celebro su consejo nacional entre septiembre y octubre de 1973 y su primer congreso general ordinario a partir del 20 de febrero de 1974; en ambas ocasiones se tomaron resoluciones y se hicieron declaraciones que hacían pensar que todo marchaba sobre ruedas; se estuvo de acuerdo en la necesidad de un contrato único; de la unidad gremial y en impulsar el proceso de integración de la industria eléctrica. Pero paulatinamente fueron apareciendo las diferencias y se fueron recrudeciendo los enfrentamientos verbales. Al desaparecer el STERM y con el foro público de Galván, se creó en octubre el Movimiento Sindical Revolucionario (MSR), con el propósito de servir de órgano coordinador de los esfuerzos insurgentes de la clase obrera y ofrecer ésta una alternativa frente a la burocracia sindical gubernamental; el MSR se proponía contribuir a la elaboración de un programa de acción de la clase obrera y reestructurar democráticamente el movimiento sindical mexicano mediante la creación de comités de democracia sindical, centros de coordinación ligados entre sí por industria o ramas de actividad, como paso previo a la formación de sindicatos nacionales de industria. A través de solidaridad, ahora convertido en órgano de expresión del MSR, se denunciaban las irregularidades que seguían existiendo dentro del movimiento electricista; al mismo tiempo, brindaban apoyo a los sindicatos independientes y a diversos movimientos reivindicatorios. Y en el terreno ideológico el MSR insistía en la necesidad de luchar contra la dominación imperialista, por la exportación de las empresas extranjeras, la nacionalización de la banca y la ampliación de las relaciones comerciales y científicas del campo socialista. Todo este programa ponía en evidencia que no existían puntos comunes con el otro grupo y el nacimiento del MSR hacía que éste perdiera la esperanza de invadir todo el campo de la acción sin problemas. Y en efecto; la efervescencia independentista se extendía, por lo que el propio Fidel Velázquez tomo la iniciativa de atacar a Galván acusándolo de querer apoderarse de la dirección del SUTERM “Par luego entregarlo a grupos contrarios a los intereses del pais” esto es: “ a los grupos izquierdizantes en contra de la voluntad de los trabajadores”, Con fuerte sabor a prepotencia aseguraba el comité nacional que había dado a Galván la oportunidad de actuar como dirigente ya que su representación era una minoría pero jamás respondió al puesto asignado y sólo se dedicó a conquistar la mayoría de las seccione del sindicato”; lo acusaban de irresponsable por hacer declaraciones en contra de una política sana (la de Pérez Ríos) que tendía a fortalecer las fuentes de trabajo. El antiguo SNESC –decían los dirigentes cetemistas- después de unificarse con el STERM, había tomado conciencia de que sus propósitos para continuar con la revolución mexicana habían sido saboteados criminalmente por Galván. CONTINUARA…
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