miércoles, 10 de septiembre de 2008

La desinformación a la ciudadanía se esconde siempre en la cobardía del anonimato

Por Dr. Eugenio R. Balari
Los implicados o temerosos de la reacción enérgica que ha provocado el cruel asesinato de los decapitados de Mérida, la reacción de repudio que ha tenido en la ciudadanía y la opinión pública internacional, así como las investigaciones y la persecución por parte de las autoridades a los posibles malhechores, ha ocasionado en los últimos días que elementos delincuenciales o sus cómplices, promuevan ciertos comentarios sobre posibles futuras acciones contra otras personas pudientes de la sociedad de Yucatán.
¿Qué se pretende con ello y quiénes son sus autores?

Acaso pretenden que cunda el pánico en la sociedad yucateca y de esa manera tratar con ello de desestabilizarla para responsabilizar con ello al actual gobierno.
¿Qué malsanos intereses se pueden esconder detrás de tales fines?
Lo que ocurre con la desinformación es algo similar a lo que hacen los anónimos que se envían con frecuencia a los medios de prensa (el común denominador es la falta de coraje y de honradez) para, supuestamente, pretender amedrentar y/o enturbiar las posiciones inalterables de los que combaten con firmeza las lacras sociales.
En los últimos días se lanzaron rumores ridículos a la calle, que de manera acertada y enérgica fueron rechazados y aclarados por la propia Gobernadora del estado y otras autoridades.


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