Sara López González, originaria de Candelaria, Campeche, ha sido formalmente postulada para recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo. Sara, junto con Joaquín Aguilar y Guadalupe Borjas, se encuentra encarcelada en el penal de San Francisco Kobén, próximo a la ciudad de Campeche.
Sara tiene una larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos de población desprotegida, iniciándose en las Comunidades Eclesiales de Base, luego acompañó a los indígenas desalojados de Xpujil, para después apoyar a los refugiados guatemaltecos ubicados en Quintana Roo, a muchos de los cuales capacitó como promotores de salud. En los últimos años se sumó al reclamo de cientos de vecinos humildes de Candelaria, agraviados por los cobros excesivos y los maltratos del personal de la Comisión Federal de Electricidad y contribuyó a construir la Red Nacional de Resistencia Civil contra las Altas Tarifas Eléctricas.
También ha participado en el Congreso Nacional Indígena, En la Otra Campaña y en Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos y actualmente es representante por México en el Comité Mesoamericano, instancia que coordina el Foro Mesoamericano de los Pueblos, integrado por cientos de organizaciones de base de Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, México, Panamá. El Salvador y Honduras.
Sara es considerada por la prestigiosa organización Amnesty International como Prisionera de Conciencia, ya que ha sido criminalizada por la labor pacífica en favor de los derechos de los más humildes. En apoyo a la postulación de Sara ya se han expresado redes de mujeres de México y Costa Rica y organizaciones sociales de Puebla, Oaxaca, Veracruz, DF, Querétaro, y Chiapas, así como grupos de Estados Unidos, Guatemala, Alemania y Francia.
La situación jurídica de los presos de Candelaria está por resolverse, ya que un magistrado del Tribunal Colegiado de Circuito con sede en Mérida, Yucatán, ya emitió un fallo que los considera inocentes de los cargos, sin embargo la PGR recurrió dicha sentencia, por lo cual permanecen recluidos.
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Sara tiene una larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos de población desprotegida, iniciándose en las Comunidades Eclesiales de Base, luego acompañó a los indígenas desalojados de Xpujil, para después apoyar a los refugiados guatemaltecos ubicados en Quintana Roo, a muchos de los cuales capacitó como promotores de salud. En los últimos años se sumó al reclamo de cientos de vecinos humildes de Candelaria, agraviados por los cobros excesivos y los maltratos del personal de la Comisión Federal de Electricidad y contribuyó a construir la Red Nacional de Resistencia Civil contra las Altas Tarifas Eléctricas.
También ha participado en el Congreso Nacional Indígena, En la Otra Campaña y en Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos y actualmente es representante por México en el Comité Mesoamericano, instancia que coordina el Foro Mesoamericano de los Pueblos, integrado por cientos de organizaciones de base de Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, México, Panamá. El Salvador y Honduras.
Sara es considerada por la prestigiosa organización Amnesty International como Prisionera de Conciencia, ya que ha sido criminalizada por la labor pacífica en favor de los derechos de los más humildes. En apoyo a la postulación de Sara ya se han expresado redes de mujeres de México y Costa Rica y organizaciones sociales de Puebla, Oaxaca, Veracruz, DF, Querétaro, y Chiapas, así como grupos de Estados Unidos, Guatemala, Alemania y Francia.
La situación jurídica de los presos de Candelaria está por resolverse, ya que un magistrado del Tribunal Colegiado de Circuito con sede en Mérida, Yucatán, ya emitió un fallo que los considera inocentes de los cargos, sin embargo la PGR recurrió dicha sentencia, por lo cual permanecen recluidos.
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