Ricardo Rocha Detrás de la Noticia 15 de octubre de 2009 |
Primero, una encuesta —esta sí creíble— que prácticamente divide a la opinión pública entre los que aprueban y los que desaprueban la liquidación de Luz y Fuerza del Centro; aunque hay que reconocer la ventaja relativa de 48% a 43% para el gobierno. Llaman también la atención otros rubros del sondeo: desde luego funcionó la atosigante campaña contra el SME, cuando 66% a 18% dominan quienes piensan que los trabajadores maldecidos por el régimen tienen —o tenían— condiciones laborales muy superiores a los demás trabajadores mexicanos; pero la gente no se chupó todo el dedo porque una clara mayoría de 49% a 21% advierte que esas condiciones de privilegio eran también para los directores y empleados de confianza de la paraestatal y no sólo para la base sindicalizada. Pero en la misma encuesta hay una pregunta clave que está cerradísima: apenas por dos pelos de 41% a 39% se imponen los que opinan que mejoró el gobierno de Felipe Calderón a quienes piensan que, por el contrario, empeoró después del cierre de Luz y Fuerza.
Yo no sé qué cálculos hicieron los que desde el primer círculo apostaron a un gran golpe mediático que mostrara un gobierno macho, fuerte, audaz y valiente. Si brincan de gusto o si trinan de coraje porque creen que por tan dudoso resultado se pagó un precio demasiado alto.
Pero más aún, en esa misma primera plana de EL UNIVERSAL una gráfica comparativa entre la satanizada Luz y Fuerza y la idealizada Comisión Federal de Electricidad sintetiza que “tan caro el pinto como el colorado”. En datos reveladores como ingresos, aguinaldos, vacaciones, fondos de ahorro, energía gratis, renta de casa, jubilaciones y otros apoyos, se demuestra que los magnificados privilegios de los trabajadores del SME no son mucho mayores —y en varios aspectos son menores— a los que gozan trabajadores de la CFE.
En lo personal, hay otros números que tampoco me cuadran: se ha dicho hasta la saciedad que Luz y Fuerza requería de sólo 22 mil de sus 44 mil trabajadores parásitos; pero hasta ahora la CFE ha enviado sólo 8 mil para hacerse cargo en definitiva de la operación; por lo que, según yo, faltan 14 mil; a los que hay que sumar esos 8 mil que suponemos tienen que regresar a sus puestos en la eficientísima CFE; así que hay que preguntarse de dónde saldrán los 22 mil trabajadores necesarios para operar lo que fue Luz y Fuerza. ¿Acaso de entre los 44 mil despedidos e inútiles según el criterio oficial? O piensan inventarlos a todos de un día para otro en un gigantesco Frankenstein colectivo.
Por cierto, hoy comienza el segundo tiempo de este rudísimo partido que luego del descontón inicial promete muchas sorpresas. Este día habrán de mostrar el músculo el SME y sus aliados, en una marcha que desde ayer está siendo minimizada por quienes nunca caminan las calles y siguen viendo la realidad desde su pantalla de laptop o la ventanilla del avión. Por lo pronto, el árbitro ya pitó y el balón se puso en movimiento.
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