EL SESENTA Y OCHO.
Llamo el Mem:
-¿Ya supiste que disolvieron una manifestación en Tlatelolco?!Contesto asombrado ¡- Dicen que hay muchos muertos!
-Mañana es probable que no haya clases-Le dijo Leroy.
-Vamos a hacer desmadre mañana-Le contesto riendo el Mem.
Nunca había estado en una manifestación, procedía de una escuela particular donde ni por equivocación se permitía algo tan monstruoso como hacer una manifestación. Solo había participado en actos religiosos contra comunistas y herejes, pero contra el gobierno jamás. Era tentador para alguien que amaba a los Beatles, que soñaba con participar en algún movimiento chico, apedrear un policía, mentarle la madre al gobernador, algo pequeño.
-Vamos a hacer desmadre-se escucho al fondo la cómica voz de Rolf.
El viernes esta frió, la costumbre los hace suponer que a las ocho horas abra un mitin. En el sitio de costumbre, arriba de la marquesina que cubre el pasillo que lleva a la calle, están trepados varios alumnos. Arengando a los presentes a protestar por lo sucedido en Tlatelolco al crepúsculo de la noche anterior. En ningún otra facultad se había reunido alguien tan siquiera para analizar. Los líderes locales tenían miedo. En cambio algunos alumnos estaban felices, querían hacer una huelga para que las clases se suspendieran. Así que apoyaban toda iniciativa a favor de llevar a cabo una protesta, pero como iba ser protestar ¿un comunicado condenando los hechos, una marcha, huelga universitaria? ¿Los apoyarían las demandas facultades?
-Atraparon a Martín del Campo- le dice el Pulques a Raúl, el gordo Malpica lo acompañaba para agitar. El Cocodrilo dos es el tercero que los acompaña. Las bocinas están listas.
-! ! Compañeros ¡- Atención ¡Compañeros.
-Huelga -Gritan emocionado Rolf, El Mem, Bojalil, Bonilla, El compadre, Mateo, leroy, Eduardo.
-Manifestación - Gritan el Fosfolipido, Samuel, Padilla, el Oaxaco, Martingón, Glockner chico.
Después de una hora de discutir y prepararse, sale un nutrido grupo de estudiantes, rumbo al centro de la ciudad, a pie. Un grupo pequeño se adelanta hasta el Paseo Bravo, en la esquina de Reforma, esperan hasta escuchar un silbido procedente del centro, a seis cuadras.
-Mira saco el pañuelo rojo - Dice uno del comité de seguridad con unos catalejos colgando para demostrar la veracidad de lo dicho. La marcha sigue, no hay policía que los detenga.
! Muera el gobierno ¡-una porra muy débil se escucha- se dan valor.
-¡Asesinos!- con más fuerza.
La manifestación tiene que ser silenciosa, de duelo, de coraje:
-¡Chinge su madre el gobierno!-grita el Mem.
Camina frente al hospital civil por la 13 sur, llegan a la 25 poniente, hasta el inicio del pase Bravo, frente al museo, camina expresando sus consignas, ya son más animadas, la gente los ve y les apoya, con señales de aceptación, aplausos, levantando un brazo, llegan a Reforma y dan vuelta al oriente, pasan frente a la iglesia de la virgencita de Guadalupe, algunos se persigna, llegan al gallito, la torre del reloj, entran al inicio de la colonial avenida, los edificios de piedra pulida y mármol, paredes altas, algunos de dos pisos o más, imponentes, producen miedo, en cualquier momento pueden dispararles ¿si ya paso en La ciudad de México? ¿Ellos que nadie los conocían no valía nada su vida? Lentamente caminaron, pasaron frente a la estación de bomberos, no paso nada, luego al edifico alterno del gobernador, que miedo, algunos policías se asomaron mientras la marcha les mentaba la madre, fueron sorprendidos, rápidamente se reorganizaron y los granaderos están listo en menos de media hora, parados en la 3 y 5 de mayo, en la esquina de catedral, listo para actuar. Lo bueno que la marcha ya está en el centro su lugar propiedad de ellos, los estudiantes, nadie conocía las calles como ellos, las salidas entre los portales, escondites, en la catedral, ya en el centro está el coche del presidente municipal, el odio se ensaña con el coche negro, lo rayan, se suben en él, le bajan el aire a las llantas, los lideres están alarmados, no quieren violencia para no provocar al gobierno, tal nivel de violencia no les gusta, llegan algunos alumnos procedentes del carolino, unidos se dirigen al edifico del sol de Puebla:
Rodolfo tira una piedra contra una ventana, lo sigue Trino, El Mem, Rolf… todos a la vez, tenían que saber que estaban indignados, esa era la única forma que tenían para ser tomados en cuenta, la manifestación se convierte en adulta. De la universidad salen más alumnos que se unen a la apedreada.
-¡Prensa vendida! ¡Digan la verdad! –a coro los cerca de 30o gritaban.
-¡Prensa vendida! ¡Digan la verdad! –saltando se animan.
La fachada del periódico el sol y la voz de Puebla de García Valseca, recién remodelada con maya de alambre en sus ventanas, solo sufre la ruptura de algunos vidrios, pero las bombas molotov que se estrellaban en las paredes, mancharon de humo negro lo pintado de blanco con rosa, también se estrellaban globos con pintura roja ¿de dónde salió eso? Que simulando sangre escurría de la puerta principal, las yemas de huevos hacían su trabajo escurriendo de distintos lugares, algunas canicas lanzadas con resorteras, “Charpes” con los llaman en Puebla,
-¡Prensa vendida! ¡Digan la verdad!
-¡Prensa vendida! ¡Digan la verdad!
A lo lejos se ven los granaderos, ya están cerca de la puerta principal de catedral, a lado del zócalo, un pequeño bote parecido a una cerveza enlatada vuela por el aire, le sale humo blanco en su recorrido llega a los pies del Mem…. Y solo da un pequeño saltito y queda humeando ¿Por qué tenía que caer a sus pies? Lo toma “el contrabandista” y sin pensarlo mucho lo regresa por los aires detrás de la policía.
Más latas caen entre los estudiantes y son regresadas, todas por grandes y fuertes tiradores que como bolas de beisbol las regresan detrás de los policías, también se inicia la pedriza, contra ellos. Una bomba molotov cursa los aires y se estrella justo delante de los granaderos en la esquina poniente del la catedral, un gran fuego se hace, otra más ¿Quién la saco? ¿Cómo en tan poco tiempo las armaron? ¿Alguien ya debió de tenerlas preparadas? Que importa, a quien le iba ocasionar escozor esas pequeñeces, Otra bomba lacrimógena es regresada a los granaderos; un buen marchista debe tener en cuenta eso y llevar en un camión urbano mucho parque, sobre todos bombas molotov, cuetes, palomas, palos, piedras, todo un arsenal.
-Espera- le dice un granadero a otro. Deja que se vayan, acuérdate de hace cuatro años como nos quemaron- le dice sabio el granadero Carlos al granadero Rubén.
-¡Detén a tu gente!-Le dice desesperado Ortega a Leroy.
-Que no vez que pueden tomar el edificio -Le señala Samuel el bibliotecario - ¡Diles que se retiren! ¡Que ya no tiren Bombas!! Que impertinentes son ¡¡Por favor retira a tu gente!! ¡Nos pueden ganar y golpear!
Esas palabras no eran ya necesarias, ya que todos habían corrido al Carolino, sin embargo con pedirles que parara claro demostraban un gran miedo la autoridades dominada por el grupo de físico-matemáticas y de la preparatoria, con la rectoría en su poder sabían que podían perder todo por una cosa así. La gente de Ortega conocía a Leroy desde hace mucho tiempo, eran buenos amigos, Ortega y su hermano Miguel eran inteligentes, buenos estudiante de economía y filosofía. Claro que los de medicina no eran suicida; ya habían cumplido su propósito, las expectativas de todos se habían realizados y como el agua que absorbe al polvo y lo desaparece; así se desvanecieron los estudiantes de medicina, como el polvo.
Leroy, Ortega y Samuel fueron los últimos que llegaron al Carolino y cerraron. Los estudiantes de medicina atravesaron de un lado a otro el edificio y salieron por atrás, por la puerta de arquitectura, por la puerta de la biblioteca, por la puerta de odontología, nadie había sido atrapado. Fue la primera protesta que se organizo contra la muerte de estudiantes en Tlatelolco.
El gobierno cauto, retiro a los granaderos una hora después. El periódico el sol de Puebla no levanto ninguna demanda. De hecho guardo silencio sobre lo sucedido, en el periódico vespertino la voz de Puebla solo saco una pequeña nota en policiales de lo que sucedido Luego:
Él ejercita toma la ciudad. Declara estado de sitio, no pueden andar más de 5 personas juntas, y por la noche nadie puede salir después de las 23 horas.
Terrazas se esconde durante el 68, su gente no hace nada ¿Qué se podía hacer?
La universidad permaneció cerrada hasta mucho tiempo después del final de las olimpiadas. Luego regresaron a clases.
-¿Como te fue en vacaciones en Tabasco?-Pregunto Rolf al Mem.
-¿Te acuerdas de Margarita?
-¿La de ojos verdes?
-¡Esa misma!-contesto el Mem coño durante estas vacaciones le llegue ¡Que te parece! -A propósito ¿Que paso con la apedreada al periódico el sol de Puebla?-Pregunto El Mem.
-Nada, nadie puso una demanda, ¿Parece que no quieren hacer ruido?
-¿Y los comunistas que hicieron?
- Nada ni siquiera emitieron algún comunicado por la matanza de Tlatelolco-a propósito ahí están los demás, vamos a preguntarles- le dijo Rolf.
El 68 había sucedido, en la UAP casi nadie le hizo caso, quizás alguien publico un volante pidiendo la libertad de Martín del Campo preso en Lecumberri, nada más se hizo ¿fue olvidado por alguna razón? ¿Acaso Terrazas cumplían el acuerdo que tenía con Díaz Ordaz de respetarse? ¿Samuel y los gordos de físico matemáticas tenían alguna otra idea? muy pronto la universidad los sabría de forma por demás violenta.
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