* * *
Laura Itzel Castillo En concreto 17 de diciembre de 2008 |
Tres vidas
Tres vidas fructíferas llegaron a su fin en fechas recientes. Primero falleció Othón Salazar, símbolo de la lucha magisterial por las mejores causas del país; después murió mi amiga Cecilia Loria, feminista, defensora de los derechos humanos; y apenas el viernes pasado concluyó su largo y productivo ciclo de vida una mujer excepcional: Amalia Solórzano, viuda del general Lázaro Cárdenas.
Estas tres vidas influyeron y marcaron muchas más, en distintos tiempos y niveles. Los testimonios de diversas personas han dejado constancia de ello en estos días. Los conocí a los tres y mucho podría decir, pero el reducido espacio de esta columna imposibilita que me extienda mucho.
Doña Amalia, sin embargo, está presente en mis primeros recuerdos de la niñez. Ella y el general Cárdenas. ¿Cómo no evocar la primera vez que acompañé a mis padres a visitarlos?
“Papá —le dije— ése señor que me pellizcó el cachete es el mismo que aparece en mi libro de historia”. Y Heberto soltó la carcajada. Luego me explicó quién era ese hombre y lo que había hecho por nuestro país.
Siempre me impresionó la figura del general, pero también la de su esposa. Eran una pareja complementaria. El gran hombre quizá no lo habría sido tanto de no tener a su lado a una mujer como ella.
Amalia Solórzano encabezó la colecta pública que hizo el gobierno en 1938 para pagar la expropiación petrolera; impulsó también, durante el sexenio de su marido, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, organización plural que aglutinó a más de 50 mil afiliadas pertenecientes a 80 organizaciones.
Lázaro Cárdenas, haciendo eco de este movimiento, envió al Congreso una iniciativa para reformar el artículo 34 de la Constitución, a fin de otorgar los derechos ciudadanos a las mujeres. Pese a ser aprobada, la reforma no se publicó en el Diario Oficial porque parte del oficialismo consideraba al sector femenino “susceptible de ser controlado corporativamente”.
Doña Amalia recibió en Morelia a los niños huérfanos de la Guerra Civil Española, y a la mayoría los vio crecer y convertirse en personas de bien. Estuvo a favor de la Revolución cubana y en contra de la invasión de Bahía de Cochinos. Marchó discretamente —como era ella— junto a estudiantes y profesores en 1968. Apoyó a su hijo Cuauhtémoc en 1988 y fue fundadora del PRD. Simpatizó también, en su momento, con la causa zapatista.
La viuda del general Cárdenas fue una mujer de enorme dignidad, congruencia e inteligencia. Vivió 97 años y se mantuvo lúcida hasta el final. Ella es parte de la historia de este país. Pero mis recuerdos de ella son más personales. Ahora que estuvimos en su casa de la calle Los Andes, en Las Lomas, me vino a la mente una imagen, un olor y un sabor: ella fue quien descubrió, para aquella niña inquieta que alguna vez fui, el fruto jugoso llamado pérsimo.
* * *
Laura Itzel Castillo En concreto 10 de diciembre de 2008 |
La derecha, una amenaza para los derechos humanos
Hoy se cumplen 60 años de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). A seis décadas de distancia, en México este reconocimiento sigue siendo letra muerta. A diario se producen violaciones a estos preceptos en el ámbito humano, laboral, económico y social. En nuestro país, el derecho a una vivienda digna es una prerrogativa constitucional que el Estado no cumple. Por el contrario, el modelo neoliberal, agravado con los gobiernos de derecha, ha reducido esta garantía social a nivel de mercancía.
Desde su constitución, en junio de 2007, el Consejo de Defensa de la Vivienda (CDV) ha venido denunciando de forma documentada un conjunto de irregularidades en la administración de miles de créditos del Infonavit —organismo que desde los 70 ha construido alrededor de 70% de las viviendas de los trabajadores— sin que hasta la fecha exista una acción institucional que las corrija de fondo.
Por ejemplo, hemos señalado que un empresario gallego, David Leopoldo Sánchez-Tembleque Cayazzo, en su calidad de “no inmigrado visitante” y como subdirector general de Planeación y Finanzas de Infonavit, vendió indebidamente en 2006 más de 54 mil créditos quebrados a dos empresas trasnacionales, SCARP II y CAPMARK, en promedio a 15% del valor de cada casa, es decir a 25 mil pesos. Estas dos corporaciones aterrorizan extrajudicialmente a los legítimos propietarios para forzarlos a pagar de 300 a 600 mil pesos por cada vivienda, hasta lograr desalojarlos. Situación igual ocurre con los despachos de cobranza que tiene contratados el Instituto. Para frenar estos abusos, el Consejo conmemora la DUDH manifestándose hoy en distintas partes del país. En esta ciudad lo hace a las 10 a.m. en las instalaciones de SCRAP II, ubicadas en Paseo de la Reforma 404.
Reitero que la principal garantía de los créditos que otorga el Infonavit es el empleo, derivada de una obligación patronal que forma parte esencial del sistema de previsión social constitucional. Es decir, a los trabajadores en activo se les descuenta de su nómina el pago del préstamo.
El problema comienza cuando pierden su trabajo, y más porque el Infonavit castiga esto con convenios leoninos y viciados de origen, que obligan al trabajador a destinar 35% de su último salario al pago del crédito. La cartera vencida del Instituto, que en los últimos meses creció en más de 20%, es un mejor indicador que las tasas de desempleo que difunde el INEGI.
Ante tal situación se requiere un programa que prorrogue sin intereses el cobro a los empleados que serán despedidos, producto de la recesión. Tal es el caso del despido anunciado de 12 mil trabajadores por parte de la empresa Altos Hornos de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario