martes, 7 de julio de 2009

Columnas de hoy . . . .

PLAZA PÚBLICA.
Matices del triunfo priista
Miguel Ángel Granados Chapa
7 Jul. 09

De la mano del Partido Verde, el PAN echó al PRI de Los Pinos hace nueve años. Con su apoyo, el PRI ha retornado al dominio del Poder Legislativo. En alianza con él ha ganado 50 distritos que se añaden a los 134 que el tricolor obtuvo por cuenta propia. Con las bancas de representación proporcional que alcancen, sumarán los votos necesarios para formar la mayoría relativa. Triste democracia electoral la que depende de un partido voluble (aliado de quien se deja o de quien lo requiere) y que funda su crecimiento en el engaño a la sociedad y en la infracción a la ley.

Con esa unión o a partir de la fuerza propia, que en algunos casos (señaladamente Nuevo León y el estado de México) es acrecentada por el apoyo de Televisa, que antes que la mayoría ciudadana escogió de nuevo al PRI como su partido favorito (rompiendo sin aviso el vínculo con el PAN que le valió renovados privilegios mediáticos y licencias para casas de juego), el PRI se dispone a cogobernar con el PAN. Lo ha hecho desde mucho tiempo atrás, y lo hizo en la legislatura que dentro de dos meses concluirá sus actividades. Pero ahora lo hará desde una posición de fuerza que no conocía desde antes de 1997, cuando perdió el control de la Cámara.

Hace tres años, la caída vertical del PRI (arrastradas sus candidaturas legislativas por la presidencial) no pudo ser paliada por su alianza con el Verde. Pero hoy ha resultado fructífera. Pactaron candidatos comunes en 62 distritos y triunfaron en 50 de ellos: un excelente resultado. El entendimiento se extendió a 11 entidades: Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Zacatecas y el Distrito Federal.

En este último espacio ni siquiera aliado al Verde ha podido el PRI recuperar la condición que tenía previamente a 1997. Desde ese año, cuando se puso a disposición del voto ciudadano la Jefatura de Gobierno de la ciudad, se pronunció la caída del voto priista que ya venía a la baja en las elecciones federales. Recuérdese que en la elección de 1988 las senadurías del DF quedaron en manos de Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, postulados como Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia, por el Frente Democrático Nacional. (Ambos políticos, priistas en sus comienzos, estarán de nuevo juntos, ahora en la Cámara de Diputados, pues fueron colocados en sitios idóneos en la planilla del Partido del Trabajo para la representación proporcional, a pedido de Andrés Manuel López Obrador).

El desastre priista en el DF cubre todos los ámbitos. Con una sola excepción, ningún candidato de ese partido a cargos en el Congreso federal, al gobierno capitalino, a la Asamblea Legislativa o jefaturas delegaciones ha podido triunfar. No ha de faltar quien vea a los candidatos priistas con la conmiseración con que eran vistos los aspirantes sostenidos por partidos de oposición en los años de la suprema dominación priista. Eran nacidos para perder. La excepción fue en 2003 Cuauhtémoc Martínez Lazcano, que se convirtió en héroe priista al ganar la jefatura delegacional de Milpa Alta, el único cargo de elección popular al que ha tenido acceso el PRI en 12 años. Paradójicamente, ese héroe se convirtió, a los ojos del partido beneficiado con su singular victoria, en un desertor, pues en 2007 se sumó al PRD.

En la elección de anteayer de nuevo Milpa Alta calificó como un territorio priista. A diferencia de lo que ocurre en el resto del DF en esa delegación rural el PRI desplazó al PAN como segunda fuerza y libró con el PRD una cerrada batalla por la victoria. Ayer por la mañana, según el programa de resultados electorales preliminares del Instituto capitalino de la materia, los separaban apenas unas decenas de votos: 9775 contra 9704, equivalentes a sólo 34 décimas de punto.

Esa situación contrasta con la muy tenue presencia priista en el resto de las delegaciones, especialmente aquellas en que se polariza la contienda entre el PAN y el PRD. El caso típico en la elección de anteayer fue Cuajimalpa, en donde la votación por el tricolor apenas supera el 11 por ciento. Aparte de Milpa Alta, la delegación donde hay más voto priista es Cuauhtémoc y no llega al 20 por ciento.

Medidos por los cartabones del poder establecidos por el priismo, los candidatos de ese partido a la Jefatura de Gobierno del DF eran poderosos. Alfredo del Mazo y Jesús Silva Herzog habían sido, aquél, gobernador del estado de México, y ambos miembros del gabinete presidencial. Beatriz Paredes, a su turno, mostraba una amplia experiencia de gobierno, en el orden federal y en su natal Tlaxcala. Y sin embargo, fueron barridos respectivamente por Cárdenas, López Obrador y Marcelo Ebrard y, en los dos últimos casos, fueron votados en menor medida que los candidatos panistas.

Pueden intentarse muchas explicaciones a la paradoja de que el PRI que obtiene triunfos locales relevantes en los años recientes y anteayer recuperó el dominio sobre la Cámara de Diputados tenga en el DF tan exigua fuerza que sólo alcanza diputados locales por la vía de representación proporcional. Una causa es que acaso el PRI continúa ganando pero ya no con esa sigla. No es casual que los tres jefes de Gobierno elegidos en la capital hayan pertenecido a aquella organización y hayan podido establecer o acomodarse a rasgos de la cultura priista practicados por el Partido de la Revolución Democrática.

Ya exploraremos otras razones de esta paradoja. Pero lo cierto es que tiene plena vigencia al día de hoy.



Cajón de Sastre


Muy rápidamente se produjo la primera consecuencia de la colosal derrota panista del domingo, cuyos ribetes no se han definido a plenitud todavía pero nadie ignora que fue descomunal. El presidente Calderón citó a Los Pinos a Germán Martínez ayer por la mañana, y a la reunión se agregó después Josefina Vázquez Mota. Por la tarde, en vez de la reunión de Comité Nacional a que había convocado, Martínez leyó ante los medios una declaración en que anuncia que dimite a su cargo, como responsable que admite ser del desastre electoral. No se irá de inmediato sino cuando el Consejo Nacional -al que convocará a reunirse en un plazo no mayor de 30 días- designe a su sucesor, o sucesora, que podría ser la futura diputada Vázquez Mota, por eso presente en la casa presidencial y por eso aludida por el dimitente al decir que sobran mujeres y hombres que puedan reemplazarlo.


Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com




Reflexiones

Guadalupe Loaeza
7 Jul. 09

"Mientras se siga comprando el voto, no habrá una verdadera democracia", te dices una y otra vez. Finalmente sucedió lo que siempre temiste, en el caso del Distrito 10 (Miguel Hidalgo) ganó la impunidad. Claro, declarar lo anterior a los medios te haría ver muy "ardida" por haber perdido por 10 puntos. No entiendes. ¿Acaso no recibiste el domingo un par de llamadas telefónicas alrededor de las tres de la tarde en las que, según dos encuestas de salida, estabas 2 puntos arriba que tu contrincante? ¿Acaso durante tu campaña no te habían mostrado otras encuestas en donde tu ascenso era constante y contundente? Y por último, ¿qué acaso el recibimiento y la comunicación tan entusiasta y genuina que tenías en muchas de las colonias de la Miguel Hidalgo no eran una prueba flagrante de la empatía que llegaste a establecer con unos vecinos hartos y desencantados de la pasada administración delegacional? Sí, no pasó mucho tiempo, desde que empezó tu campaña, para que adoptaras a esos vecinos, especialmente los de las colonias populares. Entonces, ¿qué pasó? ¿La ciudadanía todavía no tiene cabida en los "procesos democráticos"? ¿La política sigue siendo exclusiva de los políticos? ¿En qué medida te habrá afectado la confrontación de la izquierda? ¿Y qué me dices del voto nulo? En la Miguel Hidalgo representó casi 10 por ciento de la totalidad de votos, el doble de la votación que tuvieron los pequeños. ¿Y el abstencionismo? ¿Y la crisis de Iztapalapa? ¿Y el retorno de los priistas que en tu distrito obtuvieron 15 mil votantes? Algo me parece fundamental para entender qué fue lo que sucedió el domingo: la Miguel Hidalgo es primordialmente panista. Un panismo que está dispuesto a favorecer con su voto a malos gobernantes nada más por miedo al cambio. Recuerda el correo que te escribió tu amigo: "Lo más importante de todo es que has oxigenado el ejercicio de la práctica de la política; al buscar aligerarlo en sus atavismos hipócritas y retorcidos, intentaste hacerlo volver a sus orígenes únicos: las personas, sus necesidades, intereses y aspiraciones; y no me queda duda de que tu ejemplo ha de quedar como referente. Ellos se lo pierden". Sí, le tienen terror a todo aquello que no se les parece; a todo aquello que los confronta con la realidad; pero, especialmente, a confundirse y perderse entre las mayorías. Para esta parte del electorado (Lomas, Polanco, Bosques) el PAN más que una ideología es como una marca, es decir que si quien lo representa en unas elecciones, se trata de un servidor público corrupto, prepotente, autoritario, que extorsiona y demanda a sus gobernados, sin importar su calidad moral, para estos votantes lo importante es la marca y no la persona. En esto precisamente pensaste, cuando el domingo te entregaron tus tres boletas: bajo los logotipos gigantescos de los partidos, los nombres de las personas no existían. El tuyo, al lado del de suplente, te pareció tan chiquito que tuviste que buscarlo con la ayuda de tus lentes. ¿Por qué si la ciudadanía ha demostrado que odia a los partidos, el Instituto Federal Electoral optó por minimizar a las personas y favorecer a los partidos? He allí una flagrante prueba de que los ciudadanos no contamos.

Pero volvamos a las elecciones, cuyos resultados te tienen tan encabronada. Pero no porque tú hayas perdido, sino por quién ganó. ¡Qué extraño resultó el electorado en la Miguel Hidalgo! Por un lado, durante dos meses, te taladraron el oído en todos los sectores que comprende la delegación con una multiplicidad de quejas, inconformidades, enojos, furiosos reclamos, decepciones, descontentos y denuncias, y por otro, esta furia ciudadana no se traduce en un voto de castigo. ¿Qué habrá pasado con aquel "voto de castigo" que tanto exhortaste en asambleas, reuniones vecinales y pláticas ciudadanas como respuesta lógica a sus quejas? Y eso que en cada encuentro con los vecinos eras más que elocuente: "No se olviden que mi contrincante, que tanto padecieron, está, con su voto, buscando el fuero porque tiene varias demandas. No permitamos que gane la impunidad. Rescatemos la Miguel Hidalgo del autoritarismo y de la prepotencia". Y todos y todas aplaudían y te decían que sí, que les urgía un cambio, que no le perdonaban a la delegación el que les hubiera privatizado sus dos centros deportivos, Pavón y Plan Sexenal; a gritos enlistaban todo lo que se había dejado de hacer; se quejaban de la falta de programas sociales. Por su parte, los empresarios, restauranteros y hoteleros te hacían mención con mucha amargura de las pérdidas millonarias que habían tenido en los últimos tres años; muchos de ellos te mostraban demandas y amparos. En los desayunos en Las Lomas y en Polanco eran las mismas quejas: "la odiamos, no la podemos ver ni en pintura...", exclamaban furiosas las señoras. Entonces, ¿qué pasó ayer de cuatro a seis de la tarde?


Correo electrónico: gloaeza@yahoo.com


Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
07 de julio de 2009



PAN: derrota presidencial


Por supuesto que esta elección fue también un plebiscito. Y el resultado es un no rotundo, claramente expresado en contra del modelo de país que nos han impuesto el gobierno de Calderón y su partido.

No a un país bañado en sangre por una guerra absurda y sospechosa contra el narcotráfico. Si el gobierno quería legitimarse debió saber que tenía que empezar por limpiar la casa, por una gran indagatoria interna para arrancar de sus entrañas a todos aquellos que desde sus órganos policiacos y de justicia conforman junto con los narcos lo que se conoce como crimen organizado. En cambio, se optó por una estrategia mediática que sacó al Ejército a las calles para dar la idea de un gobierno duro y temible. Que no fuerte y respetado.

No a un país cada vez más pobre. El peor administrado y el de más bajo crecimiento en toda América Latina, aun por debajo de República Dominicana y Haití. Con cada vez más desempleados y cada vez más hambrientos.

No a un país cada vez más injusto. Donde las cárceles están llenas de presos políticos como los de Atenco con penas de más de 100 años de prisión. Donde Jacinta sigue en la cárcel acusada de secuestrar a seis afis. Donde el gobierno se aprovecha del poder para arraigar a 30 adversarios políticos en Michoacán y no se atreve a arraigar a ninguno de los asesinos de 48 niños en Hermosillo.

El problema es que este gobierno es igual a todos los anteriores en un punto: cree que todos somos idiotas. Y que nos dejamos engañar por el bombardeo de mensajes pagados con nuestros impuestos. Y que somos cobardes y manipulables.

Desde luego, algún mérito hay que dar al PRI: la sagacidad, la paciencia, el oficio político para percibir la oportunidad del regreso. Convertirse en el gran ganador, como si el pasado no existiera. Y replantear el presente con sus nuevas reglas: mayoría absoluta en la Cámara de Diputados mediante el alquiler complementario del Verde; el carro casi completo en cinco de los seis estados en disputa; la recuperación de ciudades y municipios tan emblemáticos como Guadalajara, Cuernavaca, Toluca y Naucalpan. Todo lo que, en sentido contrario, ha representado para el PAN la más dolorosa derrota de su historia. Tanto que ayer mismo rodó la cabeza de su belicoso dirigente, Germán Martínez Cázares, luego de una reunión de seis horas con Calderón en Los Pinos. Así que es verdad que el PRI ganó. Pero también que el PAN perdió.

Por cierto, participó igualmente en la contienda una cosa llamada PRD y que en algún momento representó la esperanza de la izquierda en este país y ahora es comparsa. De ello y algo más hablaremos en una próxima entrega.

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