domingo, 30 de enero de 2011

El Despertar.

Gira en el borde oriental
José Agustín Ortiz Pinchetti


El domingo pasado acompañé a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Alejandro Encinas Rodríguez a una gira por el borde oriental del estado de México. Un territorio densamente poblado convertido en una monstruosa ciudad dormitorio donde residen millones que trabajan, se educan o medran en la capital. Es una región que vota a la izquierda, que si no se dividiera controlaría todos los municipios. En 2006 AMLO ganó todos los distritos.

La gira se dio en medio de tolvaneras que barren la cuenca en esta época. Los cuatro mítines fueron un éxito. Casi el doble de gente que en la primera gira de AMLO a finales de 2010. En todos hubo una multitud colorida y alegre. Aquí operan también los partidos que llevaron a mucha gente. La organización, las instalaciones y el orden, impecables.

Alejandro Encinas es un fuerte candidato. Salió fortalecido del difícil cargo de jefe de Gobierno, convertido en una figura nacional. Siguió algunas líneas del gobierno de AMLO, pero impuso su propio sello.

En la gira observé como combinaban presencias y discursos. Una retórica contundente que sigue la gente prendida muy distinta a las deprimentes concentraciones de acarreados del Partido Revolucionario Institucional. La oferta inmediata firmada por ambos es poner en marcha 10 programas de ayuda social que están en vigor en la capital. Ninguno en el estado de México, a pesar de 140 mil millones de presupuesto, el más alto por entidad de la República. Todo queda en obras apantalladoras, sueldos y una megacampaña para promover a Enrique Peña Nieto.

Las tensiones políticas en el Edomex apenas empiezan. El movimiento obradorista (MORENA) crece. La alianza entre PRD y PAN está muerta. Acción Nacional no designa candidato. Peña Nieto no ha dado dedazo. Gana tiempo para definir cómo enfrentar el reto de Encinas y AMLO.

Nos retiramos con buen ánimo al atardecer. Sobre la sierra sur del valle se extendía una atmósfera amarillo limón. Me asombró la belleza. Hace 100 años la región conservaba lagos y ciénegas que sobrevolaban aves. Había pesquerías, campos primorosamente cultivados. Un mundo próspero y hermoso del que no queda nada.

Una masa urbana gris aplastante borra todo.

La codicia de fraccionadores y políticos ha destruido a la cuenca. La codicia está devorando a México.

joseaorpin@hotmail.com

jueves, 27 de enero de 2011

Incursiones militares en DF ! ¿¿Estas de acuerdo??

Foto tomada de La Jornada y texto agregado por el canta-autor Raul Martell

Calle: Miguel Laurent, en la delegación Benito Juárez

La nota: http://www.jornada.unam.mx/2011/01/27/index.php?section=politica&article=011n1pol

¿Será esto una manera de ir preparando el terreno para que en el 2012 el clima de miedo y violencia no permita unas elecciones en donde la derecha tiene todas las de perder?, ¿tendrá que ver con el hecho de que la capital sigue en centro de diversas manifestaciones y movimientos político-sociales con fuerte impacto?, ¿estado de sitio adelantado para justificar la intervención extranjera a mano armada? No olvidemos que las últimas revelaciones de Wikileaks muestran a un FeCal que corrió a Washington solicitando "ayuda" para "pacificar" Cd. Juárez ( http://www.jornada.unam.mx/2011/01/24/index.php?section=politica&article=005n1pol )

Mientras tanto, Ebrard sigue jugando el juego de la derecha. Pablo Moctezuma me hizo llegar un comentario de un hecho para estar alertas: 'Marcelo Ebrard ya desincorporó el Deportivo Azcapotzalco y la Alameda Norte para meter inversión privada ??? Hay que estar atentos.....que bárbaro...'

Y yo no dejo de insistir en la manera como ha venido actuando para tratar de reprimir marchas y manifestaciones de diversos movimientos político-sociales en la capital. La siguiente imagen es del pasado 2 de octubre, en la anual marcha conmemorativa de la matanza de estudiantes en Tlaltelolco en 1968...

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* El colofón : señores, va de nuevo: ¿cómo le vamos a hacer?

Mineko Kia


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domingo, 23 de enero de 2011

Calderón, “un peligro para México”

Autor: Miguel Badillo. Revista contralinea.
La salud del presidente de la República es un asunto de seguridad nacional. Sus decisiones afectan, para bien o para mal, la vida de los mexicanos, y determinan las relaciones políticas, económicas y sociales con otros países. Por ello, el gabinete de seguridad nacional debe preocuparse y ocuparse de lo ocurrido hace unos días a su jefe Felipe Calderón, quien, ante un clima de terror y presión por la amenaza del narcotráfico, ha llegado a un punto mental de negar dichos y hechos que antes repetía con insistencia.


Hace dos semanas, Calderón afirmó, en un diálogo con organizaciones civiles, que nunca había calificado como una “guerra” el combate que el gobierno federal sostiene en contra de la delincuencia organizada. De inmediato, los medios de comunicación desmintieron al presidente y exhibieron –con grabaciones de imagen y voz– cómo desde que llegó a Los Pinos ha repetido una y otra vez que se trata de una “guerra” (sic) del Estado en contra de los cárteles de la droga.

Esta contradicción en el pensamiento del mandatario mexicano no es cosa menor y debe ser analizada por un cuerpo médico de especialistas, quienes deben determinar su estado de salud física y mental para que el Congreso considere si el jefe del Ejecutivo está en condiciones de gobernar. Sobre todo porque el tema de la delincuencia organizada y la violencia que asola el país –con un saldo de más de 34 mil ejecutados en sus cuatro años de gobierno, de los cuales más de 15 mil fueron asesinados en 2010– lo ha sometido a duras críticas y presiones.

Recordamos que hace algunos años, cuando arrancó su campaña a la Presidencia, Calderón se refirió al candidato opositor Andrés Manuel López Obrador como “un peligro para México”, y hace apenas unos meses, en una entrevista radiofónica, al explicar el motivo de aquella dura declaración, el mandatario argumentó que el odio y la rabia social del excandidato presidencialhabían contaminado a un importante sector de la sociedad.

Ahora, desesperado, contradictorio y bipolar en su forma de gobernar, Calderón es quien debe someterse a un tratamiento clínico para determinar si está en condiciones de salud adecuadas para seguir tomando decisiones sobre el rumbo del país y que sean las mejores para losmexicanos, o aclarar si él es quien se ha convertido en “un peligro para México”.

En Estados Unidos, el Departamento de Estado coincide en la urgencia de revisar si Calderón está en condiciones de gobernar. Así lo hizo saber la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien, según las filtraciones de Wikileaks sobre México, solicitó en uno de los cables fechado en diciembre de 2009 se le informara cómo están afectando en la personalidad del presidente FelipeCalderón y en su forma de gobernar las noticias adversas de la “guerra” contra el narcotráfico y la crisis económica en México. También el gobierno de Obama considera que el mandatariomexicano puede ser un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Un trastorno afectivo bipolar
Como referencia, en Wikipedia se explica que la enfermedad de trastorno afectivo bipolar, también conocido como trastorno bipolar y, antiguamente, como sicosis maniaco-depresiva, es el diagnóstico siquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo.

Agrega que clínicamente se refleja en estados de manía o, en casos más leves, hipomanía junto con episodios concomitantes o alternantes de depresión, de tal manera que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología.

Por lo general, dice Wikipedia, tiene expresión por un desequilibrio electroquímico en losneurotransmisores cerebrales. Adicionalmente, debido a las características del trastorno bipolar, los individuos tienen más riesgo de mortalidad por accidentes y por causas naturales, como las enfermedades cardiovasculares. A pesar de ser considerado un trastorno crónico y con una alta morbilidad y mortalidad, una atención integral que aborde todos los aspectos implicados, biológicos, sicológicos y sociales, puede conseguir la remisión total de las crisis, de ahí la gran importancia de que el diagnóstico del afectado sea correcto.

El elemento básico para el tratamiento del trastorno bipolar es la toma de conciencia del problema, su conocimiento por parte del afectado y sus allegados mediante una sicoeducaciónadecuada que les permita hacer frente a las crisis, sin temores infundados y con las herramientas más válidas; así como prevenir las recaídas.

La terapia farmacológica personalizada, especialmente durante las fases de desequilibrio, es otra de las claves. Benzodiazepinas, antisicóticos y estabilizadores del ánimo son los fármacos más utilizados. Los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos, comenzando a menudo con una manía que termina en una depresión profunda. En ocasiones, pueden predominar los episodios maniacos o los depresivos. Algunos de estos trastornos se denominan “de ciclado rápido”, porque el estado de ánimo puede cambiar varias veces en un periodo muy breve de tiempo. Otras veces se presenta el llamado “estado mixto”, en el que los pensamientos depresivos pueden aparecer en un episodio de manía o viceversa.

Faltan todavía dos años para que el actual gabinete pase al retiro. Si en 2010 hubo más de 15 mil muertes, para 2011 y 2012 el nivel de violencia podría aún ser peor. Por eso es importante que todas las decisiones que tome Felipe Calderón sean las mejores y, sobre todo, se tomen con la mejor capacidad mental posible.
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domingo, 9 de enero de 2011

El Despertar.

La perspectiva de 2011

José A. Ortíz Pinchetti

No existe motivo en el horizonte para pensar que la realidad social y económica de México va a mejorar en 2011. Los discursos de la recuperación de Felipe Calderón” son propaganda cada vez mas gastada. Tendremos que esperar que la pobreza se profundice y sigan disminuyendo los niveles de bienestar para 80 por ciento de los mexicanos. Los jóvenes continuarán creciendo sin esperanzas. Estados Unidos, como tierra prometida, estará cada vez más lejos. Muchos serán reclutados por el crimen organizado. Continuará la angustia cotidiana por la falta de trabajo y por la carestía y el espectáculo de corrupción, extorsión, despilfarro e impunidad. Los trabajadores no lograrán formar nuevos sindicatos que de verdad los representen y tampoco romperán los controles de los aparatos que fueron mecanismos del PRI utilizados ahora de modo perverso por el PAN.

¿Estallidos? posibles. No serán motines de la sociedad, sino focos armados de jóvenes exasperados. Su causa puede ser justa, pero no tendrán el respaldo popular y podrán ser aislados y/o destruidos por el Ejército y la policía. Si se multiplican y subsisten podrán generar nuevos fenómenos políticos.
La situación de los partidos es difícil. El PRI, como lo ha demostrado en el último proceso para elegir a su presidente, no ha olvidado nada ni ha aprendido nada. No ofrece esperanza de un cambio. A Calderón y al PAN les será imposible cambiar la política económica para conseguir apoyo popular. Mantendrán congelados los salarios y garantizados los privilegios fiscales de los grupos de interés, que son su verdadero soporte. Ellos son los verdaderos actores en la lucha por la presidencia en 2012. Ahora vacilan con apoyar al PRI o votar de nuevo por el PAN. No podemos descontar a Calderón. Tiene muchos recursos: atacará al PRI en sus corruptelas y en los vínculos con el narcotráfico e intentará dividir a la izquierda.

En 2011 se despejará la gran incógnita: ¿las agrupaciones progresistas continuarán batallando entre sí con más furia que contra sus adversarios? Yo creo que la unidad se impondrá. No por ética ni por ideología, sino porque así lo demandan los hechos. Abona a este optimismo el éxito de la brillante jugada con la que se redefinió por la izquierda el espacio político del estado de México.

joseaorpin@hotmail.com
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Violencia imparable: ¿hasta cuándo?

Con los 56 asesinatos que se registraron ayer en diversas entidades del territorio nacional –27 de ellos en Acapulco, Guerrero– se completa uno de los inicios de año más sangrientos en los últimos tiempos, con un aproximado de 300 muertes en ocho días, cifra que incluso rebasa el número de ejecuciones ocurridas durante el mismo lapso de 2010 (alrededor de 280). Se asiste, pues, a la superación numérica de una cuota de violencia que parecía insuperable, y que en el último año alcanzó un ritmo de más de mil asesinatos en promedio al mes, según se desprende de las propias cifras oficiales.

En lo que va de la presente administración, ninguna de las medidas anunciadas y adoptadas por el gobierno federal ha logrado contrarrestar la angustiosa inseguridad que padece la población, y que se expresa en actos de creciente crueldad y salvajismo: antes al contrario, se extiende entre la gente la percepción de que los elementos centrales de la actual estrategia gubernamental contra el crimen organizado –empezando por el despliegue masivo de efectivos policiales y militares en diversas entidades– han tenido efectos contrarios a los perseguidos, y han exacerbado las manifestaciones de una criminalidad que se hace presente, en formas cada vez más atroces, en casi todos los puntos del territorio nacional.

En tal circunstancia, la insistencia del discurso oficial en la necesidad de modificar la percepción pública en materia de seguridad –retomada por Felipe Calderón hace unos días, cuando demandó a cónsules y embajadores de nuestro país “poner en perspectiva” la violencia que se vive en México– resulta tan improcedente como las peticiones, abiertas o veladas, del poder público a la sociedad para que ésta se resigne a una continuidad de la violencia por muchos años: en uno y otro casos, el gobierno federal pasa por alto los múltiples indicios que apuntan a la imposibilidad de que el gobierno federal gane la “guerra” contra la delincuencia que él mismo decretó hace cuatro años. Tampoco sirve de mucho presentar como indicadores del “éxito” de la actual estrategia antidrogas las capturas o muertes de presuntos capos, como hizo recientemente el mandatario: el hecho es que ni la persecución gubernamental ni las mortíferas disputas entre estamentos delictivos, o entre éstos y las fuerzas públicas, han hecho mella en los grupos criminales que bañan de sangre el territorio y desafían al Estado en forma cada vez más inequívoca y resuelta.
El manifiesto fracaso de la actual política de seguridad pública no admite ya otro rumbo de acción que la revisión autocrítica y honesta de la misma por parte del gobierno federal, el reconocimiento de la complejidad y la dimensión del problema que se enfrenta, y el correspondiente viraje en los planteamientos y las acciones orientadas a combatir la criminalidad: en la hora presente, el esfuerzo básico y principal de las autoridades debe concentrarse en impedir que los asesinatos, los levantones, los atropellos cometidos por todos los bandos y la inseguridad sigan flagelando a la población, y esa tarea debe concretarse no dentro de unos meses o dentro de unos años, sino en lo inmediato.

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miércoles, 5 de enero de 2011

Ebulá juzgará procuración de justicia en Campeche

El caso, uno de los más graves en materia de violación a los dd hh que se conocieron en la península de Yucatán, fue seguido por diversas organizaciones nacionales e Internacionales de dd hh

Equipo Indignación | Cencos

El caso del violento e ilegal desalojo que en agosto de 2009 desplazó a más de noventa familias de San Antonio Ebulá será la vara para medir la procuración de justicia en Campeche y el compromiso con los derechos humanos, sostiene Indignación ante la decisión de la Procuraduría de continuar la investigación y revocar el no ejercicio de la acción penal determinado por el Ministerio Público.

El caso, uno de los más graves en materia de violación a los derechos humanos que se conocieron en la península de Yucatán, fue seguido por diversas organizaciones nacionales e Internacionales de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, e incluso mencionado en el informe de la Relatora de Naciones Unidas para la Vivienda.

El ataque se perpetró el 13 de agosto de 2009. El gobierno de Campeche omitió prevenir el desalojo a pesar de ataques anteriores contra el poblado que permanecieron impunes; omitió proteger la integridad física y la propiedad de las familias y omitió brindarles asistencia humanitaria a las familias desplazadas, a pesar de que vivieron en la terraza del “palacio” de gobierno de Campeche más de un mes.

Un año y tres meses después del crimen, el Ministerio Público determinó que no había delito qué perseguir, ante lo cual las y los pobladores presentaron un recurso de revisión. Indignación acompañó la presentación de dicho recurso el pasado 10 de noviembre.

La Procuraduría determinó revocar la decisión del Ministerio Público desde el 19 de noviembre pasado, sin embargo se informó a las y los agraviados apenas la semana pasada.

La dilación es una de las formas de obstaculizar y denegar justicia y, casi año y medio después, no se ha integrado adecuadamente la averiguación previa, a pesar de existir numerosas probanzas que exhiben el delito cometido, pues el ilegal desalojo y la destrucción de las viviendas fue un hecho público y notorio que fue documentado, entre otros, por diversos medios de prensa.

La persona señalada como responsable de ordenar el desalojo, y quien se ostenta como propietario de la tierra en la que se encontraba el pueblo de San Antonio Ebulá, el señor Eduardo Escalante, es un poderoso empresario de Campeche con fuertes vínculos en la política del estado y del país.

Su hija fue esposa del extinto Juan Camilo Mouriño y actualmente su hijo está a cargo de una especie de supersecretaría con amplios poderes en el gobierno de Campeche. Otra de sus hijas es diputada en el Congreso local.

La Comisión de Derechos Humanos de Campeche ya cerró el expediente determinando que no hay materia y la CNDH, en aberrante complicidad, avaló dicha decisión.

A las familias desplazadas y cuyo patrimonio fue destruido no se les ha indemnizado ni se les repararon los daños ni se ha hecho justicia en este grave caso. Sería deplorable que el gobierno de Campeche encubriera y garantizara impunidad al responsable de cometer un crimen tan grave por su poder económico y político.

4 de enero de 2011
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