Experimenta el Edén!!!.. Un compendio de notas interesantes.. No te arrepentirás. www.radioamlo.org - jessycaradioamlo@gmail.com
martes, 31 de agosto de 2010
Ora si la cacheteamos
resulta que dice el clero,
que estaremos en pecado
si a festejar nos negamos
el BicenteNARCO hulero.
¡De risa loca el recado!
Ayy, por favor, por favor
la preocupación me mata,
no me digan pecadora
eso sí me da pavor,
miren que su perorata
es cruelmente aterradora. (jejeje)
Estos del espiscopado
como siempre de incongruentes,
padecen de desmemoria
y quieren hacer a un lado
excomuniones frecuentes
a lo largo de su historia.
Se pasan de ambivalentes
y de hipócritas baratos,
que alguien les ponga un candado
y su frases “elocuentes”
las suelten en sus curatos
ahí sí que abunda el pecado.
Momis
lunes, 30 de agosto de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
Inmigración, seguridad, responsabilidades.
En la circunstancia presente, la persistencia en nuestro país –documentada por organismos humanitarios dentro y fuera del territorio– de expresiones de racismo, xenofobia y maltrato contra los inmigrantes, por parte de autoridades y ciudadanos, se agrava por un panorama de violencia generalizada en el que se han potenciado, a velocidad pasmosa, los casos de vejaciones, abusos, secuestros y asesinatos contra los extranjeros indocumentados. Adicionalmente, la indolencia y la impunidad que recorren las instancias del poder público respecto de estos crímenes han provocado que surjan en la sociedad sospechas sobre la connivencia entre agentes gubernamentales y bandas de delincuentes para lucrar con el tráfico de personas, y la existencia de responsabilidades, así sea por omisión, de las autoridades correspondientes en estos episodios.
Mucho más clara es la relación entre la creciente vulnerabilidad de los extranjeros indocumentados en México y la aplicación, por parte del gobierno de nuestro país, de un enfoque de seguridad pública y nacional que plantea un escenario propicio para el atropello y la persecución contra los inmigrantes centro y sudamericanos. El correlato de lo anterior es la suscripción de la llamada Iniciativa Mérida, un acuerdo de cooperación bilateral en materia de seguridad que prevé combatir, sin distinción, el narcotráfico, la inmigración ilegal y el "terrorismo". Significativamente, fue en el contexto de las negociaciones de este acuerdo con Washington, hace casi tres años, que el gobierno mexicano activó varios mecanismos para "controlar" la frontera sur y reducir su "porosidad" para el tránsito de indocumentados, así como el tráfico de armas y drogas. Todo ello a pesar de que, como se señaló ayer en este espacio, la carencia de documentos migratorios no constituye, en México, delito alguno: es considerada, en cambio, una falta administrativa, sin más sanción que multas equivalentes a entre 20 y 100 días de salario mínimo.
El colofón es ineludible: las autoridades migratorias del país han asumido, en la práctica, un papel muy parecido al de la Policía Fronteriza estadunidense, con la diferencia de que las acciones para impedir el flujo de migrantes indocumentados hacia la nación vecina del norte se realizan en territorio nacional, y por agentes del gobierno mexicano.
La práctica de las autoridades de México en materia migratoria reviste, pues, un vínculo inocultable con la política de seguridad adoptada y mantenida por el calderonismo desde los primeros meses de este sexenio: en ambos casos, Washington ha logrado trasladar fuera de sus fronteras el desarrollo de acciones para contrarrestar fenómenos que, en la lógica de la superpotencia, están relacionados –la migración indocumentada y el narcotráfico–, y ello ha representado para México un costo incalculable en vidas, afectación de las garantías básicas y deterioro y descrédito institucional.
Link.
- Demandan al gobierno federal indagar matanza de San Fernando
Marchan migrantes en Chiapas y Coahuila; exigen seguridadDecenas de indocumentados centroamericanos se manifestaron en esta ciudad para exigir al Estado mexicano garantías de seguridad en su paso rumbo a Estados Unidos, y una investigación exhaustiva para castigar a los autores de la muerte de 72 compañeros masacrados en Tamaulipas.
- Pese al riesgo, seguiré hacia EU: hondureño
Link.
sábado, 28 de agosto de 2010
Luis Villoro y Julieta Fierro Los Valores para una Sociedad Contemporanea UNAM
Luis Villoro y Julieta Fierro
Julieta Fierro ¿Qué contesto cuándo me preguntan en qué creo?
Con la premisa central de revivir la gran tradición de la cultura humanista, la UNAM organiza el Coloquio Valores para la sociedad contemporánea cuyo objetivo es proponer una discusión informada acerca de uno de los temas centrales del mundo contemporáneo: la posibilidad de plantear un sistema de valores y una ética adecuados a nuestros días
Los participantes en este foro reflexionarán sobre la posibilidad de elaborar un sistema de valores que no estén necesariamente relacionados con la religión.
El coloquio, que se efectuará del 23 al 27 de agosto en el Auditorio Alfonso García Robles del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, contará con la participación de destacados especialistas en diversas ramas del conocimiento humanista y científico, como los filósofos Rob Riemen y Juliana González, quienes dictarán las dos conferencias magistrales del coloquio. Más información sobre el Coloquío Link
Si quieren ver los videos aquí Coloquio 'Valores para la sociedad contemporánea'
viernes, 27 de agosto de 2010
Holocausto.
27 Ago. 10
Holocausto. Ésa fue la palabra que eligió el padre Pedro Pantoja, director de Belén Posada del Migrante, en Saltillo, para referirse al fenómeno en el que miles de hombres y mujeres de diferentes nacionalidades son asaltados, violados, extorsionados, secuestrados, torturados y asesinados cada año en territorio mexicano al hablar de los 72 migrantes masacrados en Tamaulipas. La matanza coloca a México en una exhibición planetaria sobre el grado de descomposición al que hemos llegado. Lo muestra como un país de barbarie, corrupción e impunidad. En la masacre de San Fernando, las víctimas eran migrantes indocumentados, a quienes se les pretendió extorsionar -sin lograrlo porque simplemente carecían de dinero-, tal y como sucede todos los días con miles de congéneres que recorren los mismos caminos para llegar o intentar llegar a Estados Unidos, con la agravante de que al negarse a trabajar para la delincuencia organizada, por mil dólares quincenales, fueron masacrados brutalmente.
La historia personal del joven ecuatoriano que sobrevivió a la matanza, y tuvo vida para contarlo, es el retrato de miles que como él tratan de escapar de un futuro miserable en sus comunidades. Hoy, la sobrevivencia del joven no sólo dependerá de la atención médica que reciba y de la gravedad de sus lesiones, sino de que el Estado mexicano -incapaz de proteger la vida de las 72 víctimas- lo resguarde y evite represalias en su contra. Su nombre y rostro, por lo pronto, se han dado a conocer públicamente y su grado de vulnerabilidad es aún mayor.
El suceso conmociona pero, también indigna. No sólo por la tragedia sino por la respuesta y explicación oficial. Reza el boletín de Presidencia: "Estos hechos se dan en torno de una lucha violenta entre el Cártel del Golfo y la banda criminal de Los Zetas. Son ellos los que están recurriendo a la extorsión y al secuestro de migrantes como mecanismo de financiamiento y de reclutamiento, debido a que están enfrentando una situación muy adversa para abastecerse de recursos y de personas. Esto es resultado de la actividad del Estado en su contra, la cual ha debilitado significativamente la capacidad de operación de grupos criminales".
¿Qué están diciendo? ¿Que los delincuentes han tenido que diversificarse por la efectiva acción del Estado frente a ellos? ¿Que están tan acorralados que tienen que buscar otras fuentes de financiamiento? ¿Que esta tragedia es consecuencia indeseable de la eficacia gubernamental? Por Dios. Qué falta de respeto. Quienes estudian el crimen organizado hablan de por lo menos 22 delitos que se engarzan y que producen extraordinarias ganancias a nivel internacional. La trata de personas, el secuestro, el tráfico de armas, las extorsiones, la piratería, etcétera, están interrelacionados con el narcotráfico y producen ganancias multimillonarias.
Bastaría con revisar, por ejemplo, el libro Ilícito del venezolano Moisés Naím para entender las dimensiones del problema. Sólo en México se atreven a dar una explicación oficial como ésta. El ensanchamiento y diversificación del crimen son producto de una lógica criminal que ha logrado corromper y capturar a partes fundamentales de las estructuras de los Estados, el mexicano incluido. En el caso del crimen masivo en San Fernando no es sino la expresión extrema de un fenómeno estudiado, documentado y denunciado mil veces ante el gobierno mexicano y otras instancias internacionales desde hace varios años.
Los especialistas en migración se muestran indignados porque el gobierno federal habla del fenómeno como si fuera casi de reciente aparición, como si se estuviera casi enterando del asunto. Señalamientos han hecho especialistas, organizaciones de derechos humanos, sacerdotes que dirigen refugios, periodistas, organismos internacionales. ONU, OEA, CIDH han hecho llamados al Estado mexicano, frente a esta crisis humanitaria de los migrantes en territorio nacional y el Estado mexicano ha sido incapaz, omiso, insuficiente frente a los señalamientos. La marca ha sido la inacción, la impunidad y la indiferencia. Apenas el año pasado, la CNDH presentó un informe especial sobre casos de secuestro en contra de migrantes. De septiembre de 2008 a febrero de 2009, casi 10 mil migrantes fueron víctimas de secuestro. Mil 600 por mes. Violaciones, robo, extorsión, secuestro y muerte son recurrentes. Un Holocausto, como le llamó el padre Pantoja.
jueves, 26 de agosto de 2010
Tienen que reaccionar.
La conclusión insoslayable de este escenario de barbarie y confrontación bélica es que el país enfrenta una ruptura del estado de derecho: ninguna persona se encuentra a salvo de una violencia cada vez más cruenta y confusa, que ha cobrado la vida no sólo de criminales, policías y soldados, sino también de niños, presidentes municipales, candidatos a gubernaturas; de miles de ciudadanos comunes y ahora de migrantes extranjeros. Tal circunstancia expresa, además, la incapacidad del Estado para garantizar el respeto a los derechos fundamentales, empezando por la vida: antes al contrario, las propias autoridades se han vuelto protagonistas de frecuentes atropellos a esas garantías.
A este panorama de ilegalidad e impunidad generalizadas se suman el incumplimiento recurrente, por el grupo en el poder, de los derechos constitucionales a la salud, al trabajo, al salario remunerador, a la educación y a la igualdad ante la ley, así como de los principios de soberanía nacional y de laicidad del Estado. Un dato ilustrativo de la renuencia gubernamental a cumplir los preceptos de la Carta Magna es el señalamiento formulado ayer por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de que el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, violó la Constitución al difundir, en el contexto de la pasada campaña electoral, anuncios de su gobierno.
Ante esta circunstancia de ruptura de la legalidad y el orden constitucional, el país requiere de una reacción mucho más radical y profunda que cónclaves con propósitos mediáticos, como el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, hace dos años, o los Diálogos por la Seguridad, recientemente realizados.
La solución a la presente emergencia no se alcanzará mediante la celebración de reuniones como las referidas, que terminan por ser, en el mejor de los casos, una mera enunciación de buenas intenciones y en las que no se toma en cuenta a los interlocutores. La clase política en su conjunto debe empezar por asumir la gravedad de la circunstancia y dejar de aparentar que el país vive en una normalidad democrática y jurídica. Debe reaccionar.
Un acto sin precedentes
migrantes ejecutados,
setenta y dos inocentes,
brutalmente masacrados.
Tuvieron la mala suerte
de poner pie en esta tierra,
que está cubierta de muerte
por una estúpida guerra.
Ah pero dice el fecal
que el crimen organizado,
para bien o para mal
está muy debilitado. (¿?)
Que nada le quita el sueño
es un daño secundario,
que mejor le pone empeño
a su gran bicentenario.
De este hecho deleznable
enano, no te hagas maje
también eres responsable,
no quieras hacerte guaje.
Con tu guerrita pendeja
a México has puesto mal,
¿sacaste la moraleja?
¡Vergüenza internacional!
Todo el mal echó raíz
con tu llegada cretino,
hiciste mierda al País,
tienes manos de intestino.
Momis.
domingo, 22 de agosto de 2010
El Despertar.
José Agustín Ortíz Pinchetti
A pesar de las costosas incitaciones (miles de millones gastados en propaganda y en eventos) el pueblo ve con indiferencia los macroaniversarios. ¿Y por qué podría tener júbilo? Cualquier ciudadano más o menos avispado se da cuenta de que todos los días el gobierno hace una nueva renuncia a nuestra soberanía, al grado de que nos estamos convirtiendo en un protectorado. ¿Por qué celebrar entonces la Independencia? ¿Y la Revolución? No sólo se han incumplido sus propósitos, sino se han traicionado. Una oligarquía, si cabe, más voraz y poderosa que la porfirista está determinando el manejo del gobierno. ¿Y la democracia que provocó el estallido original? La actual es un esperpento de elecciones irregulares y manipulación mediática. La desigualdad que provocó la revolución más profunda entre 1912 y 1915 es hoy tan monstruosa como antaño.
En 1910 la gente celebró con genuina alegría el primer centenario de la Independencia. Tenían razón. Se estaba viviendo una etapa de paz y prosperidad de más de 30 años sin precedente y se había consolidado el Estado. Hasta lo profundo de las sierras la gente se sentía que formaba parte de algo que iba saliendo bien.
Pero yo veo hoy algunos motivos para sentirnos reconfortados. Para empezar no tenemos el candor de nuestros bisabuelos y abuelos. Ellos tenían un optimismo trágico por irreal. Celebraban la República cuando estaba a punto de estallar. Hoy estamos mal, muy mal, pero estamos concientes de ello. Bulnes en 1906 decía que había paz en todas partes menos en las conciencias, y hoy las conciencias están mucho más despejadas y alertas que entonces. Empezamos a darnos cuenta de que en 1910 perdimos la oportunidad de modernizarnos por la ceguera y voracidad de una oligarquía. Y hoy empezamos a entender que la oligarquía vigente es el único obstáculo para el cambio y la modernización.
México se ha levantado de su lecho de enfermo agónico varias veces. Tiene energías creadoras que se han utilizado en una pequeña escala. Existe un impulso para cambiar y mejorar que percibimos quienes trabajamos en la base popular y que ni sospechan aquellos que desde el poder y los poderes contemplan las cosas con amargura. Algo profundo se está moviendo en México desde abajo. Una revolución cultural silenciosa e ignorada ha venido trabajando en las últimas décadas. Es algo insólito y digno de celebrar.
jaop@prodigy.net.mx
Link.
¿Presas por abortar? El Yunque aceptó liberarlas
Jaime Avilés.
Gracias a la dictadura económica implantada en 1982 por la olinarquía, hoy por hoy, de cada 100 mexicanos, 92 no pueden ir al cine por falta de dinero (Víctor Ugalde, La Jornada, 14/08/10). Por esto, muchos lectores han escrito para preguntar si Los hombres que no amaban a las mujeres, película sueca de reciente estreno, habla del gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, y del arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval, máximos dirigentes de la ultraderecha en nuestro país.
Mientras el purpurado llama "maricones" a los homosexuales (o sea, bichos inferiores en la escala biológica) y, en medio de la peor crisis moral de la Iglesia católica en siglos, insulta a Marcelo Ebrard y a los indefendibles (pero esta vez políticamente correctos) ministros de la Tremenda Corte que aprobaron la adopción de niños por parejas del mismo sexo, los talibanes del Bajío, agobiados por la presión nacional e internacional, preparan, disfrazada de "clemencia", la liberación de las seis jóvenes campesinas presas por abortar, bajo el cargo de "homicidio".
El Yunque se repliega –cede lo menos para retener lo más–, en medio del remolino de hechos tragicómicos en que se hunde lo que resta del "gobierno" federal. En Nuevo León, otro alcalde muere asesinado. En Chihuahua, cierran la mayoría de los centros de desintoxicación de drogadictos porque las fuerzas armadas no son capaces de protegerlos para evitar que en su interior ocurran nuevas matanzas. En Tampico, Reynosa, Matamoros, Altamira y otras poblaciones de Tamaulipas, las calles pertenecen a los cárteles, no a los ciudadanos, y mucho menos a las "autoridades".
A dos años de la firma del acuerdo para la seguridad, que se fijó 21 metas, Calderón no cumplió ninguna, pero mantendrá sus absurdas políticas en la materia hasta que se vaya del poder, esto es, del país. Esto es lo trágico: el autor de nuestra nueva guerra civil y causante de la muerte de 28 mil personas ya fue derrotado en todos los órdenes, pero seguirá dando palos a tontas y a locas, rompiendo todo a su alcance, como un niño desquiciado bajo los flecos de una piñata que nunca golpeará.
Lo cómico es que a 26 días de la esperadísima fiesta bicentenaria, las calles de Dolores Hidalgo –el pueblo donde Calderón recitará loas a nuestra Independencia de España, que él y Fox destruyeron otorgando contratos leoninos a los monopolios ibéricos– parecen narcofosas y la lluvia entorpece la reparación de los caminos que unen al antiguo curato con las ciudades cercanas. Si los presidentes invitados no llegan en helicóptero tendrán que viajar en vehículos con ruedas de oruga.
En el Paseo de la Reforma, Calderón no acabará a tiempo el nuevo edificio del Senado (ya no lo estrenará para el bicentenario, sino tal vez para el centenario). Tampoco inaugurará la Estela de Luz (¿en recuerdo de Luz y Fuerza del Centro?) en Chapultepec. La obra será terminada, según el secretario de Educación, en noviembre de 2011, a un costo tres veces mayor que el original.
La notoria incapacidad del grupúsculo que se robó la Presidencia en 2006 se refleja en todo lo que hace pero, sobre todo, en lo que no hace. Entre abril y junio de 2010, el felipato se guardó, porque no supo cómo gastar, 7 mil 206 millones de pesos que estaban contemplados en el presupuesto federal para cubrir necesidades específicas y concretas de seis secretarías (Educación, Agricultura, Medio Ambiente, Comunicaciones y Transportes, Economía y del Trabajo), así como del Conacyt y la PGR. Pero mientras la SEP dejó de aplicar mil 766 millones de pesos en el pasado trimestre, esta semana empezó a suprimir los turnos vespertinos de al menos 200 secundarias capitalinas, lo que afectará los ingresos de 5 mil profesores y los estudios de miles de adolescentes.
En la costa de Jalisco, bajo el manto protector del cardenal Sandoval, el góber piadoso, Etilio González Márquez, ordenó a la policía demoler hoteles y restaurantes populares en la bahía de Tenacatita, donde un consorcio español (¡viva el 15 de septiembre, coño!) construirá un palacio para turistas de cinco estrellas. Fotografías en poder de esta columna muestran a los uniformados asoleándose en la playa ante las ruinas de modestos establecimientos como Las Brisas, Rosas, Los Primos, El Chato y El Riscal, cuyos empleados y propietarios fueron desalojados con violencia, como los habitantes de La Malinche en la delegación Magdalena Contreras.
Ahora bien, el colmo de los colmos de la catástrofe calderónica (hasta el momento) ocurrió la noche del martes en el aeropuerto Benito Juárez. Un avión de Mexicana Link, con 46 pasajeros a bordo, estaba por despegar hacia Campeche cuando la lluvia, y la Comisión Federal de Electricidad, provocaron un apagón en las pistas. La nave regresó a la terminal. Más tarde, con todos sus pasajeros nuevamente sentados en la cabina, sufrió una descompostura. Y después de horas de espera, sin recibir comida ni bebida, hombres, mujeres, niños y bebés fueron sacados del aparato, por la Policía Federal Preventiva, como terroristas.
La aerolínea, otrora propiedad de la nación, fue vendida a precio de ganga por Vicente Fox a Gastón Azcárraga en 2005. A cambio, este empresario hotelero fue uno de los más entusiastas promotores de la campaña "López Obrador es un peligro para México", y mientras tanto saqueó Mexicana, y no contento con ello, pidió y obtuvo un préstamo de mil millones de pesos que no destinó a sanear la firma. Por último, hace días, la declaró en quiebra. Por supuesto, Calderón no lo sancionará en modo alguno, pero pilotos, sobrecargos, personal de tierra y clientes que compraron boletos que ahora no los llevarán a ninguna parte, no serán protegidos por nadie.
En este contexto –en el que Ebrard enfrenta dignamente al tenebroso príncipe de los católicos de Jalisco, y lo hace en nombre del Estado laico y los derechos de las minorías (pero sigue atosigando a los opositores a la supervía y trata con doble cara a los vecinos de Tlalpan que lograron la clausura definitiva de una gasolinera construida ilegalmente, pues por un lado los respalda y por el otro impugna la sentencia del tribunal que ordenó la demolición de la obra)–, el gobernador de Guanajuato dijo ayer en el programa radial de Carmen Aristegui, por boca de su procurador de Justicia, Carlos Zamarripa, que reducirá "a ocho o 10 años máximo" las sentencias de 25 a 30 años de cárcel impuestas a las seis jóvenes campesinas condenadas por abortar.
Éstas saldrán de los penales de Puentecillas y Valle de Santiago en pocos días. De tal modo, los talibanes del Bajío se quitarán de encima la presión de la ONU, el Senado y los medios nacionales y extranjeros, pero no la de millones de mujeres y hombres en todo el país que seguirán luchando contra el oscurantismo hasta que Guanajuato derogue las leyes que criminalizan el aborto, brinde educación sexual y anticonceptivos a los jóvenes en edad reproductiva y adopte la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Y como esta batalla no termina sino apenas empieza, ustedes pueden consultar en Internet la página http://presasporabortar.blogspot.com, donde ya se encuentra en español, inglés, francés, alemán e italiano un texto que resume este conflicto, y que en señal de la simpatía que han despertado los casos de Araceli, Ofelia, Liliana, Susana, Ana Rosa y Yolanda, pronto estará disponible también en ruso, coreano, polaco y holandés, pero si alguien conoce a quien pueda trasvasarlo al japonés y al portugués, o a cualquier otra lengua de la Tierra, por favor, dígale que su ayuda sería de gran utilidad .
jamastu@gmail.com
Link.
Ladillas - “¡Vamos, a ellos!”
Ladillas
“¡Vamos, a ellos!”
Por Pomponio
--Compañero, ¿sabe donde están las oficinas del gobierno legítimo?
Por un momento me imagine el peregrinar de la carroza con Guillermo Prieto y Benito Juárez a bordo, caminando penosamente por los breñales del norte, con la polvareda de la caballería de los zuavos en el horizonte. Casi estoy tentado a decirles: salieron juyendo de Monterrey por culpa del traidor Vidaurri y de Bazaine, que mando una columna a Saltillo. Andan para el Paso del Norte según he oído.
Vide a los que me interrogaban. Pero no, no era 1867. Algo hay en la plaza en que estoy que hace que el tiempo no cuente, que sea irrelevante. Era el domingo 25 de julio del 2010, muy temprano, y estoy en la plancha del zócalo. Los que me interrogan es un grupo familiar que incluye un patriarca, un par de mujeres, y varios niños. Están muy quemados por el sol y reconozco el dejo de hablar de sotavento, de “la tierra muy bella que es Veracruz”.
El día anterior habíamos ido a la calle San Luis, dispuestos a “hacer un plantón”, hasta que AMLO nos aclarara cierto menester. Pero ese sábado, 24 de julio, el presidente (así, a secas, sin condicionantes) no estaba. Dicho esto, la brigada Aquiles Vaca Briones no estableció campamento en esa abrupta serranía.
--No sé cómo llegar –les explique--. Sé que es en la calle San Luis pero yo no soy de este lugar. ¿Ustedes son de Veracruz?
--Si, de … y vinimos nomas para el acto. Pero queríamos ver si AMLO nos da la mano para pagar el regreso.
Este, me imagine, no sería en el ADO ejecutivo sino en una unidad vieja que se pararía en cada gallinero y no usaría las carreteras de cuota sino la que se va bordeando la barranca.
--Pos como les digo, paisanos, es en la calle San Luis. Aquí hoy ni se hagan ilusiones de poder hablar con él. Tengan –dije dándoles unos pesos—para que coman los chiquitos.
No supe más de ellos. Se perdieron en la multitud. Si llegaron a hablar con AMLO estoy seguro que la generosidad de la gente de tierra caliente se impuso y algo les dio.
El compañero Álvaro me encuentra.
--Dice don Menfis que le manda este pase de prensa. Lo traia un periodista de provincia que levantaron los narcos. El difuntito acaba de llegar a Infiernotitlan todavía con su gafete.
--Ah, gracias –le conteste agradecido.
Esto es un privilegio. Puedo estar “…en la brigada de la pluma…” como la llamo Guillermo Prieto y observarlo todo desde un sitio privilegiado.
¿Qué veo en la masa estoica y morena que llena el zócalo? Son venidos desde todo México. Me es grato ver que el contingente tamaulipeco llego primero y se ha alineado a lo largo de la valla.
--Somos de Ciudad Madero --me dice un compañero.
--Ah, “la brisa les da de frente” –contesto--, y el compañero sonríe reconociendo la letra de la canción emblemática del lugar.
Y aquí están ellos, en primera fila. Y los veo y pienso que solo les faltan sus quepis juaristas y morenas Lichas y alinearlos en el llano de Calpulalpan, donde González Ortega finalmente le partió la jeta al mocho Miramón, o entre el Guadalupe y el Loreto para rechazar al segundo de zuavos, los llamados chacales de Oran. Si, siguen siendo el mismo barro noble y heroico y cabrón de nuestras gestas. Y si, todavía son un chingo, requisito indispensable, pues Napoleón mismo lo admitió: “Dios pelea al lado de los grandes cuerpos”.
Y en los discursos oigo mucho sobre la organización –virtud tanto cívica como militar—y sobre la naturaleza pacifica del movimiento. Pero no, yo estoy en otro rollo. El momento es anacrónico, palabra que estrictamente significa fuera del tiempo. Después de todo, estoy en el zócalo, el ombligo de México. El lugar, insisto, está lleno de fantasmas y estos no se esconden ante mí. Vamos, ni disimulan.
Este zócalo se llamaba plaza mayor hasta 1805 en que el virrey se vio –forzado—a jurar la constitución de Cádiz y la renombro “de la constitución”. Ahí donde está el asta bandera estaba antes el caballito o estatua de Carlos IV. Y la bellísima Güera Rodríguez, amante de Humboldt (si es que este hacia un paréntesis con el francesito Bomplant), Simón Bolívar, e Iturbide observó, con la gran experiencia que tenia ella de los hombres, que “la parte que compartían tanto caballo como hombre estaba mal colocada en la estatua de Carlos IV”.
¿Y no fue esa misma puerta mariana desde donde la gente de Lauro Villar (“el primero que se pronuncie me lo quebró”) venadeo al general Bernardo Reyes durante la decena trágica? ¿No cayeron tanto jinete como caballo cocidos por los mausers tal vez ahí cerquita de donde el usurpador ha puesto sus vallas? ¿Qué tanto cuesta a la imaginación ver la sangre o oir la descarga de las maxim? ¿O ver entrar a Madero a palacio escoltado por los aguiluchos del colegio militar? ¿No contempla el cadáver de Reyes un militar de ver durísimo, Victoriano Huerta? ¿Y no reconoce este que Reyes, los pellejos sanguinolentos sobre los que ya se posa un mosquero, fue casi su padre? ¿Nació la traición ahí en ese momento, en esa puerta mariana, donde ahora se aglomeran unos pefepos al servicio de otro usurpador pelón, borrachín, de lentes, que se viste de militar?
Con tantos fantasmas uniformados y salpicados de sangre que desfilan ante mí, ¿no es lógico asumir que estamos ya en guerra y que esta pluma escribirá con las patas mis tiempos, igual que lo hizo genialmente la de Prieto a la que envidio y admiro? Y nuestros adversarios son los de siempre, los gringos, los gachupines, los franceses, y también la comparsa de traidores y cucarachas que la oscuridad atrae: clero, empresarios, alta burocracia, wannabes y polkos, etc. Y me alegro de que en nuestras filas este todavía el mismo barro de los pintos de guerrero, de los chinacos de Zaragoza, de los yaquis de Obregón, de los dorados de Villa. Casi veo el humo de los vivaques que aquí hicieron esos batallones, en este mismo zócalo, hoy y hace cien años, que el tiempo aquí no cuenta, carajos.
¿Qué busca Perberto con sus campanazos? ¿Callarnos? No callaron a la chinaca de la reforma cuando cantaban “Los Cangrejos”. Vea bien la plaza, señor arzobispo, ahí está el Supremos Poderes de Juárez. Repito, póngales su quepí a los asistentes y ¡habemus chinaca! y de alguna manera recordaremos las coplas inmortales del general Riva Palacio y Mamá Carlota volvería a surgir de mil gargantas:
Acábense en Palacio
Tertulias, juegos, bailes,
Agítense los frailes
En fuerza del dolor.
La chusma de las cruces
Gritando se alborota;
Adiós, mamá Carlota,
Adiós, mi tierno amor.
Llega entonces el “¡Vamos!”. Y mi mente se me inflama con la frase. “Vamos”…”vamos”…¿Dónde la he oído antes? Porque saben, no son nada mas los asistentes los que responden ¡Sí!. También son los fantasmas, los hombres de acero que hacen el vivaque en esa plaza. Pues ahí el tiempo no cuenta y es diciembre de 1914 y julio del 2010 o 1519 o todo a la vez hecho bolas y mi general Villa y mi general Zapata acaban de tomar la ciudad y el pelón, borrachín, de lentes que se viste de militar se ha ido a la chingada (aclaro que hablo de Victoriano Huerta).
Finalmente mi padre Virgilio, Guillermo Prieto, me da el norte de donde salió el “¡Vamos!” recordándome que: “…Miguel Echeagaray es alto, bien plantado, rubio, de grandes bigotes; se ponía como un camarón en la fatiga, sus cabellos caían sobre su frente enrojecida como hilos de lluvia cuando alumbra el sol…” Vamos, poeta, maestro, si alumbra el sol, ¿cómo chingaos llueve? Pero bien, queda establecido que este Echeagaray es un güero “de rancho”, norteño.
Y debo añadir para que vuecencias mejor lo identifiquen que Miguel Echeagaray es el coronel del tercero ligero. Y este cuerpo está compuesto de viejos soldados presidiarios. Ellos guarecieron los presidios en la Tejas que nos robaron. Y entre ellos milita el sargento Miguel Zaragoza, veracruzano, padre de un jovencito de nombre Ignacio, que dejo allá en Monterrey, que hará que alguna vez “las armas mexicanas se cubran de gloria”. Y el tercero se desangró defendiendo el arzobispado allá en Monterrey cuando las huestes de Zachary Taylor hicieron acto de presencia. Y fue luego el tercero parte de la brigada ligera de Ampudia que tantos estragos causaron a los yanquis en la Angostura. Y finalmente el tercero, junto con el San Blas, es de los pocos cuerpos que se retiran en buen orden, de cara al enemigo, después del desastre de Cerro Gordo.
Así pues, si Echeagaray es su coronel pues lo es tan solo de un puñado de hombres, lo que queda del tercero ligero después de tantos desastres, agrupados alrededor de una bandera tricolor hecha jirones por la metralla yanqui. Y en la Casa Mata, durante la batalla de Molino del Rey, este mismo Echeagaray llega en el momento justo en que el enemigo ha tomado el punto. Ya se ve arriar la bandera mexicana. Ya alzan la de las barras y estrellas. Los defensores corren en estampida cual conejos, abandonando banderas, parque, mosquetes, y el honor.
Y es cuando todo esta perdido que llega Echeagaray con el puñado de hombres que son el tercero ligero y su bandera hecha jirones. Y el güero se alza en los estribos de su alazán frente a sus hombres, levanta el sable y les grita: “¡Vamos! ¡A ellos!”. Y reconozco por qué el ¡sí! fue tan estruendoso en el zócalo: los fantasmas del tercero ligero ahí estaban también.
Y dejo que Prieto nos cuente la gesta:
“… ¡Oh, si yo fuera pintor! Si fuera pintor presentaría aquel adalid, épico, glorioso, con su cabello rubio, flotando como un resplandor de oro, alzado en los estribos de su alazán, con su espada fulgente; avanzar entre nubes de humo y metralla al retumbar los cañones; pisando cadáveres, avanzar, dispararse, arrojar la espada, abalanzarse sobre los cañones que nos habían quitado los enemigos, restituirlos, soberbio, festejos, radiante, a sus filas, obligando a la gloria a que diera la misma derrota las proporciones del triunfo…’
Y todo de un “¡Vamos! ¡A ellos!” igual al que oí en esa plaza, rodeado de las filas cobrizas de nuestros chinacos, con los vivaques de los fantasmas atiborrando la plaza, con el arzobispo haciendo rabietas pendejas con sus llamadas inútiles a misa que ya nadie pela. Si, ¡fue “épico, glorioso”! Que si Televisa se nos opone, “avanzaremos entre nubes de humo y metralla”. Que si el arzobispo suena sus campanas, no importa: peor era el “retumbar de los cañones” en la Casa Mata. Que si la república es un cadáver que la zopilotada extranjera y de traidores domésticos picotea, no importa carajos: “…nos abalanzaremos sobre los cañones que nos habían quitado los enemigos y los restituiremos…” Y siempre, si, seremos irreverentes y “…festejos y radiantes…” y somos, además, un chingamadral, no solamente el puñado del tercero ligero.
Tiemblen traidores, mochos, zopilotes voraces, y chusma de las cruces, pues somos el pueblo, épico, glorioso, de AMLO, de Echeagaray, de Villa, de Zapata. Compañeros: “¡Vamos, a ellos!”
FIN
sábado, 21 de agosto de 2010
Ladillas - La Ley Canoníca
La Ley Canoníca
Por el Lic. Mefistófeles Satanás
Según la ley canoníca (ver http://www.vatican.va/archive/ENG1104/_INDEX.HTM), los canones (capítulos) 1083 al 1094 indican las condiciones bajo las cuales no se puede efectuar un matrimonio.
Por ejemplo, 1083 que “…No puede contraer matrimonio válido el varón antes de los dieciséis años cumplidos, ni la mujer antes de los catorce, también cumplidos…”. El canon 1087 especifica que “…Atentan inválidamente el matrimonio quienes han recibido las órdenes sagradas …”
El caso es que no hay nada en los cánones que prohíban que se casen dos homosexuales o dos lesbianas.
Si puede haber impedimento, sin embargo, para que Peña Nieto se casara con la Gaviota. En el articulo http://sdpnoticias.com/sdp/columna/pomponio/2010/04/06/1021737 les di los detalles documentados de lo que considero la sospechosa muerte de Mónica Pretelini, la primera esposa de Peña Nieto. Pues bien, de acuerdo al Canon 1090: “…todo aquel que busca casarse con otra persona y para tal caso ha causado el deceso de su conyugue previo queda inhabilitado para contraer matrimonio…”
Los cánones 1095 al 1107 se refieren al consentimiento del infeliz que se va a casar.
El Canon 1095 prohíbe que se casen los locos (“…quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica…”). Esto implica que NADIE se puede casar por amor pues, según los antiguos griegos, el enamoramiento era una forma de locura. ¡La iglesia reconoce entonces solamente los matrimonios de conveniencia!
En el Canon 1097 se lee: “…El error acerca de una cualidad de la persona, aunque sea causa del contrato, no dirime el matrimonio, a no ser que se pretenda esta cualidad directa y principalmente…” O sea, si oste cree que la guapísima muchacha con la que se está casando es mujer y resulta ser hombre, ¡esto no invalida el matrimonio! Usted tiene que demostrar que la “mujer” se hizo pasar por tal “…pretendiendo esta cualidad directa y principalmente…” Pero esto implica un juicio, de larga duración y costo, ante Roma. Mientras, usted sigue matrimoniado con el Lupito (¡y hasta salió la foto en la sección de Sociales!).
El Canon 1104 indica: (1) “…Para contraer válidamente matrimonio es necesario que ambos contrayentes se hallen presentes en un mismo lugar, o en persona o por medio de un procurador…”y (2) :… Expresen los esposos con palabras el consentimiento matrimonial; o, si no pueden hablar, con signos equivalentes…”
Una vez más, no hay nada en la ley canoníca que prohíba que se casen dos homosexuales o dos lesbianas. La iglesia se refiere a los que se van a casar como “…los contrayentes…” (Canon 1104), no como “…el hombre y la mujer…”. Y no basta más que puedan expresar su consentimiento al acto.
Por otra parte, el Cavernal Sandoval Iñiguez (ver http://www.twitpic.com/2fraat) comete las siguientes violaciones a la ley canoníca:
Canon 1369: “…Quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justa….”
Canon 1390 (2): “…la persona que calumnia al denunciar un delito o que destruye la reputación de otro por medio de la calumnia debe recibir una justa pena, incluyendo la censura de la iglesia…”
Canon 1391 (1): “…es sujeto de ser castigado todo aquel que falsifica o altera documentos eclesiásticos…” Como la ley canoníca es documento eclesiástico y Sandoval Iniguez utiliza su autoridad (que la ley canoníca le concedió) para presentar tesis que son contrarias a esta ley.
Canon 1405 (1): “…es privilegio del papa juzgar a los gobernantes de la tierra…”
Este Canon 1405 (1) es interesante. Se basa en un fraude que cometió la iglesia falsificando el testamento del emperador Constantino donde se supone que este le lego al papa toda Europa occidental. (Este fraude lo saco a la luz nada menos que el poeta Petrarca en el renacimiento.) Como ven, si Sandoval Iñiguez se considera buen católico debería de haber denunciado “…que Ebrard maiceo a los jueces…” ANTE EL PAPA. Lo mismo Ebrard, dado que fue bautizado en la fe católica, debe de presentar su demanda ANTE EL PAPA pues este tiene autoridad sobre Sandoval Iñiguez.
Concluyo entonces que no hay nada en la ley canoníca que impida a los homosexuales y lesbianas casarse. Todo cura o prelado que se REHUSE a efectuar tal matrimonio niega la autoridad de la ley canoníca y debe ser denunciado ante sus superiores.
Enrique Peña Nieto podría tener problemas para efectuar su matrimonio con la Gaviota debido al Canon 1090.
El Cavernal Sandoval Iñiguez comete varias violaciones a la ley canoníca.
De acuerdo al Canon 1405 (1), no hay autoridades en México, es más, en todo el planeta, que sean validas a menos que hayan sido designadas por el papa. Si el Fuhrerdasromankatolischekirche se lo cree entonces de plano ya está muy tocadiscos.
FIN
sábado, 14 de agosto de 2010
Desempleo, estancamiento y precariedad.
Los datos comentados son indicativos, en primer lugar, de la persistencia del panorama económico devastador que aquejó al país desde finales de 2008 y durante la mayor parte de 2009. A contrapelo del desbordado optimismo oficial manifestado en meses recientes, y de las declaraciones triunfalistas sobre la creación de más de medio millón de empleos con nombre y apellido
en lo que va de 2010, las cifras del Inegi se muestran contundentes: a la mitad del presente año se han contabilizado más de 563 mil plazas perdidas con relación a las que había antes del inicio de la crisis a finales del año antepasado. Aun si se cumpliera el pronóstico formulado por el secretario del Trabajo, Javier Lozano, de crear 600 mil puestos laborales al finalizar 2010, dicha cifra resultaría a todas luces insuficiente para cubrir el déficit acumulado en ese periodo, en el que la PEA creció en más de 2 millones de personas
Otro aspecto preocupante de las cifras del Inegi es el repunte del trabajo informal, pues ello revela que un sector creciente de la población se ha visto obligado a ingresar a un mercado caracterizado por la inseguridad laboral, los bajos niveles salariales y el incumplimiento de derechos fundamentales, como el acceso a la seguridad social y la jubilación. Por añadidura, un menguado orgullo puede representar para la actual administración que el país ostente una tasa de desempleo relativamente baja
en el contexto internacional, cuando ello va aparejado al ensanchamiento de la informalidad y a una persistente dependencia de las remesas provenientes del extranjero, elementos indicativos de una creciente precariedad de la economía mexicana, de un amplio sentir de incertidumbre y zozobra en la población y de un deterioro generalizado de las condiciones de vida en el país.
En el momento presente, es claro que las autoridades no pueden culpar del incremento de la desocupación a los ciclos económicos –como lo hicieron durante todo el año pasado y buena parte del antepasado–, cuando los indicadores negativos persisten a pesar de la supuesta recuperación macroeconómica, y cuando ellas mismas han alentado la aplicación de medidas que constituyen un obstáculo para la creación de nuevas fuentes de trabajo: tal es el caso del aumento generalizado en los impuestos al salario y al consumo, y del incremento recurrente en los precios de combustibles, la energía eléctrica y demás tarifas públicas. Lo cierto es que el supuesto propósito oficial de crear más empleos guarda poca o ninguna relación con la actual política de ensañamiento fiscal contra los asalariados y los sectores productivos, y con el empeño por trasladar al conjunto de la población el costo –por demás elevado, cabe decir– de la administración pública.
En suma, el gobierno federal tiene la responsabilidad principal de revertir una situación que conlleva un enorme costo social y un elevado riesgo para el país en materia de gobernabilidad. La recuperación del mercado laboral requiere, en primer lugar, del reconocimiento de la realidad social y económica, del replanteamiento de las directrices económicas vigentes y de la reorientación de los presupuestos públicos a la creación de puestos de trabajo en la escala que se requiere.
viernes, 13 de agosto de 2010
Foros van y foros vienen,
discursos harto escuchados,
y con esto, ¿a qué se atienen,
cuáles son los resultados?
“Diálogos por la desigualdad”,
un nombre rete bonito,
pero, ¿qué continuidad
le darán al relajito?
Porque la violencia sigue
cada vez más virulenta,
la muerte al Pueblo persigue
en una escena sangrienta.
De Monólogos y frases
estamos hasta el copete,
las intenciones fugaces
vienen valiendo sorbete.
¿Qué acciones van a seguir
después de tantas reuniones?
¡Ya déjense de fingir
queremos ver soluciones!
Momis
jueves, 12 de agosto de 2010
Justicia y seguridad: la caja de Pandora.
Así, a casi cuatro años del inicio de la cruzada contra el narcotráfico, sus propios protagonistas descubren y admiten que los medios institucionales y legales a su alcance no son los adecuados; que las instancias de procuración de justicia construyen imputaciones defectuosas que desembocan en la exculpación de los presuntos culpables; que los diagnósticos iniciales no correspondían a la realidad y que la infiltración de la delincuencia organizada en instancias del Estado es mucho más profunda y grave de lo que se pensaba. Esta discordancia generó incluso una confrontación declarativa entre el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, y su antecesor en el cargo, Vicente Fox Quesada, pero ambos han omitido referirse a factores de continuidad entre una y otra administraciones: de hecho, fue el propio Fox quien dio inicio a los espectaculares despliegues policiaco-militares con los que luego habría de estrenarse en el poder el gobierno siguiente, además de que el michoacano confió responsabilidades estratégicas y centrales a varios de los principales colaboradores del guanajuatense en seguridad pública y procuración de justicia, como Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora. Con estas consideraciones en mente, el deslinde entre uno y otro constituye un acto contradictorio e incongruente.
Para complicar más las cosas, el discurso del gobierno federal en el encuentro ha sido confuso: se niega, por un lado, que lo que está en curso pueda llamarse guerra
, pero por el otro se ensalzan los supuestos triunfos oficiales con criterios inequívocamente bélicos. Se pide confluencia de voluntades y criterios, pero desde el poder público se recurre a la descalificación y al golpeteo a los actores políticos no alineados con las posturas del Ejecutivo federal. Se convoca al debate sobre la despenalización de las drogas, pero se descarta y desvirtúa tal posibilidad. Se pregona la pertinencia de una política de Estado en materia de seguridad, pero se persiste en una estrategia facciosa e incluso electorera, determinada por una ideología conservadora y autoritaria, y en el uso de la Secretaría de Seguridad Pública federal y de la Procuraduría General de la República como instrumentos de agresión contra formaciones políticas opositoras. Se habla de considerar otros puntos de vista, pero se sigue desdeñando los elementos económicos, sociales e institucionales de la escalada delictiva, y se porfía en una violenta práctica de aplicación de la ley que propicia los atropellos a los derechos humanos. A pesar de los propósitos de diálogo, persisten la criminalización de la protesta social y la descalificación de los críticos como supuestos aliados –involuntarios o no– de la delincuencia.
Así, paradójicamente, en lugar de impulsar la construcción de un consenso, el encuentro convocado por el gobierno se ha convertido en un escaparate de las incongruencias y la inviabilidad de la actual estrategia de lucha contra el crimen y por la restauración de la seguridad pública y del estado de derecho.
A lo que puede verse, el Ejecutivo federal se encuentra lastrado y desgastado por su propio desempeño como para propiciar la construcción de consensos nacionales en materia de seguridad pública y combate a la criminalidad. En tal circunstancia, las fracciones parlamentarias tendrían que empeñarse a fondo, con visión de país y voluntad política que trascienda partidismos, para emprender una reforma del Estado que coloque a la autoridad en una situación favorable para hacer frente a la delincuencia, a la descomposición institucional, a la impunidad y al naufragio de la seguridad pública que padece la ciudadanía en el momento presenteLink.
Presentación del nuevo documental del Canal 6 de Julio ¿Vivir Mejor? SME
Manuel Fuentes
Angeles Magdaleno
Fernando Oliva 2da intervención
sábado, 7 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
Militarización fronteriza: riesgos múltiples.
En efecto, la militarización de distintos puntos de la frontera por el gobierno de Estados Unidos no necesariamente constituye un paso correcto en la lucha contra el narco, por el contrario, tal decisión apunta a una estrategia de seguridad equívoca, si se toma en cuenta que la franja fronteriza común es sólo uno de los espacios en los que se desarrolla la acción de las organizaciones delictivas, si bien es ahí donde éstas se concentran y se expresan de manera más violenta y desembozada.
Con el reforzamiento de la presencia militar en la zona fronteriza pareciera omitirse que el paso de drogas, armas y delincuentes por la frontera común es, en todo caso, síntoma de un proceso de descomposición social e institucional que abarca muchas más zonas geográficas que la línea divisoria, y cuya atención requiere de ámbitos de acción más amplios y diversos que el policial y el militar.
Con estas consideraciones en mente, es posible afirmar que el despliegue de un mayor número de efectivos en la región no implica, por sí mismo, un golpe al poder de los cárteles de la droga ni mucho menos a sus estructuras operativa y financiera, y sí, en cambio, un factor de riesgo en terrenos diversos, como los derechos humanos y la soberanía nacional.
Respecto de lo anterior, no puede omitirse que el despliegue fronterizo de elementos de la Guardia Nacional se inscribe en un proceso de militarización de mayor alcance que Estados Unidos lleva a cabo en distintos puntos de Latinoamérica, y que va de la ocupación "humanitaria" en Haití –luego del terremoto de enero pasado–, hasta la instauración de bases militares en Colombia y Panamá, pasando por el envío reciente de marines y naves militares a Costa Rica. La creciente presencia castrense de Washington en el subcontinente es un indicador de cesiones inaceptables en términos de soberanía y autodeterminación por parte de algunos gobiernos de la región, y constituye, además, un foco de tensiones diplomáticas, como las que se han expresado recientemente entre Caracas y Bogotá. Cabe recordar que un punto crucial del presente conflicto entre esos gobiernos ha sido la entrega de bases militares al Pentágono por el Palacio de Nariño.
En el caso de la frontera entre Estados Unidos y México, si bien el despliegue se realiza en territorio estadunidense, los gobiernos de ambos países no parecen ser conscientes de que la circunstancia conlleva riesgos indeseables para las poblaciones aledañas: la experiencia histórica sugiere que ese tipo de medidas presentan un contexto propicio para las vulneraciones a la integridad territorial de los países y los atropellos a las garantías individuales.
En la circunstancia actual, para combatir el narcotráfico, la violencia y la descomposición que ese fenómeno conlleva, el gobierno de Washington pudiera echar mano de acciones mucho más eficaces que la militarización fronteriza: desmantelar las redes de lavado de dinero que operan en el sistema financiero estadunidense, frenar el flujo de armas hacia nuestro país y combatir la corrupción en su territorio, sin la cual sería impensable la operación de organizaciones criminales en ambos lados del río Bravo. La militarización de la frontera con México se presenta, en ese sentido, como una medida innecesaria, poco pertinente y riesgosa.
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domingo, 1 de agosto de 2010
El Despertar.
José Agustín Ortiz Pinchetti
Supimos con mucha anticipación que la asamblea del 25 de julio sería un éxito. La lista de camiones empezó a subir en forma exponencial. Era evidente que la gente refrendaba su voluntad de participar. En Puebla, un estado muy conservador con 81 años de control priísta (que ha elegido a un gobernador priísta, aunque se pinte de otro color), las demandas se duplicaron hasta llegar a más de 220, lo que rebasó nuestra capacidad de respuesta. Lo mismo empezó a pasar en el resto de la República.
El día de la convención, nubes de tormenta nos amenazaban, había llovido desde la madrugada. Pero no llovió una gota; Tláloc respetó a la democracia. Lo acostumbrado: el entusiasmo. Lo novedoso: el número y la organización. Los cálculos de 150 mil se rebasaron claramente; además se notaba un cambio, la gente acudía organizada. Estaban representados gran parte de los 11 mil comités que se han formado en toda la República.
Los voceros de los 32 estados dieron sus microinformes. Un mosaico de participación colectiva insólita. Algunos echaron "rollos", pero la mayoría dio un informe veraz y compacto de lo que ha evolucionado el movimiento en su estado. Los discursos que siguieron fueron recibidos con impaciencia por la multitud. Los tres, el de Enrique González Pedrero, de Elena Poniatowska y el de Armando Bartra, fueron espléndidos. Elena recreó los vínculos entre la cultura de la política con la sensibilidad de una escritora eminente. El de Bartra nos impresionó por su capacidad de síntesis. González Pedrero, en unas cuantas líneas, integró la tradición de lucha por una nación mejor con la propuesta fundamental: organizarse.
El mensaje de Andrés Manuel fue precedido por su declaración de que el movimiento y él iban por la Presidencia de la República. Sacudió eléctricamente a la multitud y tuvo un periodo final luminoso. No sólo se refirió a la recuperación de los valores éticos, ante gente que padece hambre y sed de decencia, una voluntad para impedir que México siga corrompiéndose y degradándose.
El alma de su discurso teñida de espiritualismo cristiano pudo parecer desconcertante para políticos convencionales de la izquierda, pero resonó claramente en la conciencia de todos.
jaorpin@hotmail.com
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