El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti
Los dos hechos más significativos de las elecciones pasadas: la derrota del triunfalismo priísta y la emergencia de Elba Esther Gordillo como factótum de la política. Ella es una lideresa brillante, astuta y en el trato personal muy simpática. Jefa perpetua del sindicato de maestros, aparato corrupto de más de un millón de agremiados controlados con palos y zanahorias por Elba y sus allegados. Del sindicato se deriva el Partido Nueva Alianza que no sólo participa en elecciones, sino también las manipula. El SNTE lo hizo por décadas para el PRI. Hoy lo hará para quien le dé más ganancia.
El complejo Elba Esther ganó por todos lados: la gubernatura de Puebla (con el adorno del PAN y el PRD). Estuvo a punto de ganar Veracruz (cargando con el PAN). Pero ¡también! al lado del PRI como vencedores de Tlaxcala, Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas, Chihuahua, Quintana Roo. Hizo alianzas sin ningún referente ideológico o programático, sólo el interés puro y duro, cuantificable en ventajas. La distorsión total.
El complejo Elba Esther ha emergido como factor importantísimo para la sucesión presidencial. Pero sus grandes ambiciones lo hacen paradójicamente vulnerable. Ella es uno de los personajes públicos más detestados. Los analistas culpan a ella y a la descomposición del SNTE del fracaso de la educación pública. El gobierno le tuvo que pagar enorme factura por su ayuda en el fraude de 2006, pero se siente acogotado por sus demandas continuas, incluso los miles de millones que le transfiere. El PRI quisiera cobrarle venganza por sus hazañas en 2006 y la izquierda quisiera barrerla del escenario. A nadie le gustaría palomear con ella las listas de candidatos para 2012. Su ambición y su éxito desbordantes la ponen en peligro de una junta de acreedores.
Primera señal: poco antes de las elecciones, la SEP reveló abusos cometidos por la dirección del SNTE. Decenas de miles de comisionados, plazas, turnos traslapados, ausencia de controles fiscales, alteración de padrones, escuelas inexistentes, sangrías financieras para apoyos partidarios y un largo etcétera. Nada de esto es novedad. Pero la "revelación" la hizo el oficial mayor de la SEP, seguro por instrucciones del secretario Lujambio y de Felipe Calderón. Los medios le han puesto sordina, pero quizás este paquete de atracos impunes algún día no muy lejano será revisado por la Auditoría Superior de la Federación. Y podría arder Troya.
jaorpin@yahoo.com.mx
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